Los perros ya forman parte de las vacaciones. Cada vez son más las familias que deciden viajar junto a los perros y la mayoría de los alquileres abrió el juego. Por eso, hay que seguir unas medidas de seguridad para los “pichichos”.
La legislación nacional que rige en estos casos apunta fundamentalmente a que perros y gatos vayan en un lugar fijo del vehículo, sin la posibilidad de moverse libremente por el interior para que no se desplacen hacia la zona del conductor.
“Se recomienda sujetarlas con arneses, en jaulas o caniles en el asiento trasero. Esto es para que no molesten al conductor y no sean un elemento de peligro en el interior del auto”, remarcó la Agencia de Vialidad Nacional.
El cinturón adaptado para perros implica el uso de un arnés que se abrocha a la hebilla y se vende en casi todos los pet-shops.
Hay otra serie de recomendaciones que ayudarán a que el recorrido se convierta en placentero: en primera instancia, llevar agua fresca para que el animal beba las veces que sea necesario.
Los expertos advierten que es preferible que tengan unas horas de ayuno y no trasladarlos con el estómago lleno de comida por la posibilidad de vómitos.
Si el viaje supera los 400 kilómetros, se debe parar unos minutos para que el animal camine, tome agua y pueda hacer sus necesidades.
Cabe recordar que está prohibido dejar que los animales saquen la cabeza por la ventanilla: además de la peligrosa aparición de otros vehículos a poca distancia por el costado, una desaceleración brusca de 50 kilómetros por hora hace que el animal aumente su masa hasta cincuenta veces.