El pasado 4 de junio, Carlos ingresó al Hospital Ángel Marzetti por una descompostura. Los médicos de la Guardia le realizaron una ecografía y le diagnosticaron piedras en la vesícula. Estuvo internado seis días y fue dado de alta, sin haber sido sometido a otros estudios médicos.
El lunes 13 de junio Carlos sufre una recaída y su familia decide llevarlo a una consulta con su médica de cabecera de PAMI, Graciela Cappio. La doctora lo examina y decide que había que derivarlo al Hospital Regional Néstor Kirchner, donde los estudios le indicaron que debía ser tratado por "coledosiano", y debia realizarse una colangioresonancia, estudio específico que en el Cuenca no practican.
La colangioresonancia (CRM) es un examen no invasivo, que permite evaluar la vía biliar. Tiene varias ventajas con respecto a las técnicas invasivas, como la colangiografía endoscópica retrógrada, ya que generalmente no requiere sedación, y no produce radiación.
Por ello, PAMI tramita la derivación hacía la Clínica "Los Cedros" de San Justo.
"Cuando llegamos nadie sabía dónde estaba el abuelo. No lo encontrábamos, hasta que alguien de allí nos dice ‘debe estar en la guardia’. Nos dirigimos allí y lo encontramos desnudo, todo sucio. Se había echo pis y caca encima. Estaba llorando y con frío en un lugar muy sucio, que de la cantidad de camas no se podía pasar, se olvidaron del Covid allí parece”, contó Noemí, familiar de Carlos.
“Lo limpiamos, lo cambiamos y firmamos que nos lo traíamos nuevamente. Así no lo íbamos a dejar. Nos explican no había cama ni tampoco la máquina para realizar el estudio", agregó.
Por eso, los familiares piden con urgencia una gestión para que Carlos pueda realizarse el estudio de resonancia magnética que se requiere previo a la cirugía.