“Las escuelas estaban abiertas en la organización y distribución de los bolsones alimentarios, en la organización y distribución de los cuadernillos”, comenzó diciendo la secretaria adjunta del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires, Silvia Almazán. Inmediatamente advirtió sobre "una campaña de quienes piden que se abran las escuelas, que lo único que busca es desvalorizar la educación pública y el trabajo de los docentes".
En diálogo con la radio NacPop, remarcó que hay un clima de "hostilidad hacia la organización sindical, pero entiendo que la comunidad sabe todo el trabajo que vienen realizando los docentes y las escuelas, ya sea desde la planificación de todo aquello que estaba pensado para la presencialidad llevándolo a la virtualidad".
Si bien el gobierno de la provincia fijó la fecha de regreso a las clases presenciales para el 1° de Marzo, Almazán aseguró que esto no va ser igual para todas las instituciones, ya que tienen que encontrarse en condiciones no solo en lo estructural sino también cumplir con los requisitos del protocolo.
Recordó que el año pasado solo 20 distritos pudieron volver a las aulas dado que cumplían con las condiciones necesarias. "La condición sanitaria epidemiológica es fundamental, nula o escasa circulación del virus, la condición de los edificios escolares, contar con todos los implementos de higiene en funcionamiento, que pueda circular aire en las aulas y que volver de manera precipitada sería dejarle toda las responsabilidad a los directores".
La miembro del gremio que tiene como secretario general a Roberto Baradel recalcó que "la vuelta a clases se daría de manera gradual, dividiendo los días de asistencia por grupos reducidos y explicando los días que se mantendrá la virtualidad".
Por último, resaltó la importancia de los protocolos y el cumplimiento estricto, y que no solo deben conocer los docentes y auxiliares sino también los alumnos.
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