El 19 de septiembre el hijo de Laura Giselle Marini recibió un piedrazo en la cabeza. Entró al Hospital Marzetti para ser atendido.
Según la mamá la cirujana Gladys Castro lo revisó y le dijo que solo era una herida superficial y que no requería una tomografía.
El 26, el nene regresó al hospital para retirarle los puntos de sutura. Estaba la misma cirujana. El hematoma había crecido “porque la piedra le había pegado en las venas”, señaló la profesional. Coció nuevamente la herida y le indicó que regrese en una semana para retirarlos.
24 horas después acudieron por tercera vez al nosocomio porque el hematoma había crecido y le dolía la cabeza. La pediatra Teresa De la Cruz aconsejó que “no tome ibuprofeno porque es anticoagulante. No le tiene porque doler”.
Al otro día, sábado, volvieron al hospital porque “al nene se le explotaba la cabeza” y le sangraba el corte, señaló su madre. El Dr. Mosquera les explicó que es normal el sangrado y le aplicaron una inyección de corticoide para calmar el dolor.
El lunes Laura lleva a su hijo a una consulta particular con el Dr. Pascuas, quien diagnostica que el menor tenía una infección. Le receta tres días de antibióticos y que regrese a las 72 horas. El jueves, al regresar al consultorio de Pascuas, del corto supuraba pus y sangre. Por eso el doctor le ordenó que se realice una tomografía computada. “Pascuas es un excelente médico. No tengo nada que decir de el”, relata la madre en el video viral.
Laura pidió el traslado del Marzetti al Hospital de la Cuenca Alta, donde el estudio por imágenes arrojó que el niño tenía fractura y hundimiento de cráneo con infección en una de las capas del cerebro.
A las pocas horas, en el Hospital Garrahan, fue intervenido a una neurocirugía que duró cuatro horas y que consistió en retirar el abseso cerebral, que es una colección de pus dentro del parénquima cerebral. "La operación le dejó 30 puntos en toda la cabeza. Mi hijo casi se muere".
Laura realizó una denuncia penal “para que se hagan responsables y para que le saquen el título y no atiendan nunca más. Con la salud no se juega. Los médicos de adentro del hospital son una porquería”.