En un movimiento que ha generado preocupación y rechazo en distintos sectores, más de 350 trabajadores de la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (ACUMAR) fueron despedidos en la medianoche del viernes 28 de febrero, previo al fin de semana largo. La decisión, tomada por la gestión de Lucas Figueras, se suma a los más de 100 despidos registrados en 2024, lo que implica una reducción de más de la mitad del personal del organismo.
Este drástico recorte pone en riesgo la continuidad del Plan Integral de Saneamiento de la Cuenca Matanza-Riachuelo, afectando áreas clave como el monitoreo de calidad ambiental, el control de empresas contaminantes, la gestión de residuos, la prevención de inundaciones, la infraestructura, la salud y la educación ambiental, así como las políticas de vivienda y fortalecimiento comunitario. La Cuenca Matanza-Riachuelo es un territorio donde habitan más de seis millones de personas, muchas de las cuales dependen de las tareas de saneamiento para mejorar su calidad de vida.
Desde sectores sindicales y ambientales denuncian que los despidos no solo desmantelan el organismo, sino que también vulneran derechos laborales. Según informaron trabajadores afectados, la implementación de los ceses incumple el convenio colectivo de ACUMAR, que establece la posibilidad de reubicación ante una reestructuración. Además, se denuncia que más de 130 empleados fueron despedidos bajo argumentos considerados fraudulentos para evitar el pago de indemnizaciones.
Frente a esta situación, los trabajadores despedidos exigen su reincorporación inmediata y la restitución de todas las funciones esenciales para el saneamiento de la cuenca y la protección de la calidad de vida de los habitantes de la región.
En respuesta a esta crisis, convocan a una movilización el próximo miércoles 5 de marzo desde las 9 horas en Esmeralda N°255, sede central de ACUMAR, llamando a la solidaridad de la prensa, organizaciones sociales y ambientales, y la comunidad en general.