"Arrancamos a las 7:30 de la mañana a trabajar. Si hace mucho frío hacemos un poco de fuego para calentarnos las manos… y haciendo material te olvidas del frio", expresó un obrero de la construcción.
Por otro lado, “Pepe”, el propietario de un lavadero de autos señaló que "a la mañana temprano se pone bravo, pero ya con el segundo auto entramos en calor. Cuando arrancas con el primero del día los dedos te quedan congelados por el agua helada".
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