Con un puñado de recuerdos y datos sueltos, Agustina Laura Di Rossi busca a su madre y familia biológica. Tiene 39 años, nació en Cañuelas y a los cinco meses se radicó en Mar del Plata, en la casa de la familia adoptiva.
Rebobinando casi cuatro décadas, Agustina sabe que su mamá, de apellido Flores, la trajo al mundo en el Hospital Marzetti de nuestra ciudad el 10 de noviembre de 1982.
En contacto con NacPop, Agustina indicó que nació en el nosocomio local “bajo el nombre de Mariana Flores. Solo se q mi madre era joven, aproximadamente tendría 16 o 17 años. Y de mi padre no sé nada”.
Recopilando información, Agustina reconoce que lamentablemente muchos datos certeros no tiene. “Cuando me trajeron a ‘mardel’ se hizo una partida de nacimiento nueva, asique solo sé dónde y cuándo nací, y el nombre q tenía antes. Me comuniqué con el hospital (Marzetti) pero sin un abogado que me asesore me parece que mucha bola no me van a dar. Esto empezó ayer, es una búsqueda larga”, le confió a NacPop.
Dentro de ese océano de incertidumbres Di Rossi no sabe si fue abandonada por su madre o si fue apropiada por una pareja de Cañuelas. “Sé que me tuvo un matrimonio unos meses. El hombre era camionero y venía a Mar del Plata. Acá conoció a mi padre adoptivo, quien ya falleció. Sabiendo que él y mamá no podían tener hijos les dijo ‘a mí me dejaron una nena, vení y búscala’. En el mes de abril del 83, casi llegaba a los seis meses, me fue buscar y me trajeron a Mardel”, confirma Agustina.
Sus padres adoptivos siempre le dijeron que había sido adoptada. Tuvo una crianza plena y con mucho amor, pero al ser madre de dos nenas brotó la necesidad de armar el rompecabezas de sus primeros días de vida y encontrar a su familia biológica. “En ese momento –gobierno de facto- era sencillo hacer el papelerío, había muchas coimas. Recién salía Argentina de tiempos oscuros, y me hicieron partida de nacimiento nueva, conservando solo la fecha de nacimiento. Siempre me dijeron que era adoptada nunca fue un problema eso para mí, pero con el correr de los años y al tener mis propias hijas surgió de nuevo esa sensación de pensar "¿de dónde vengo?".
Cuando era más joven tuvo el impulso de conocer su identidad, pero tenía miedo de que culpen a sus padres marplatenses, porque “más que adopción, legalmente sería una apropiación. Por eso mi duda tanto tiempo, por miedo que los culparán a ellos. Mi padre adoptivo ya falleció y mi madre adoptiva vive, tiene 82 años. Yo estoy casada y tengo dos hijas de 15 y 4 años. La verdad que los nombres de ellos por ahora no quisiera mancharlos siempre me dieron muchísimo amor y lo mejor. Yo creo que para ellos era algo normal en ese momento, jamás fue de mala fe. Al contrario, me vieron tan bebé y desamparada que lo hicieron de corazón”.
Después de las fiestas y el espíritu navideño se decidió a publicar una breve reseña en las redes para comenzar la búsqueda. “Sé que me llamaba Mariana Flores y que mi madre tendría entre 15 a 17 años. Que eran solo ella y su madre, mi abuela. De mi padre jamás supe nada, ni un nombre”, agregó.
Agustina ya se comunicó con el área de Legales del Hospital Marzetti y está aguardando que revisen los registros de natalicios de noviembre del ’82 con la ilusión de que surjan más datos concretos de su progenitora. “Ahí puede estar la clave de todo, el nombre de mi madre biológica, lo cual haría mucho más sencillo todo. Flores sería el apellido supuestamente, porque sólo estaba ella, asique me deben haber anotado con su apellido. Del matrimonio que me tuvo esos meses no se los nombres. Solo que era una casa tipo conventillo con pasillos y muchas puertas. La señora era grandota y tenían bolsones como si vendieran yerba, arroz y condimento, como un todo suelto. Tenían un nene hijo propio de unos 6 o 7 años. Sólo me dijeron eso, por eso es tan importante para mí saber el registro del hospital, ahí sí o sí está el nombre de mi madre biológica”.