El viernes 5 de junio una vecina tomó el tren en Alejandro Petión. Subió a la formación que pasa por la localidad a las 8:38, con destino a Cañuelas. Y se topó con un escenario preocupante.
Ese día, que el servicio de la linea 51 estaba afectado por un paro de choferes, el vagón estaba superpoblado y no se respetaba la medida del Gobierno nacional que dispone que los transportes públicos sólo podrán circular con la cantidad de pasajeros que puedan viajar sentados, sin superar la capacidad de asientos disponibles.
“Es de terror. Viaja mucha gente parada y nadie controla nada. Yo tenía permiso, iba al cajero y a la farmacia. No vimos ningún control, ni cuando bajamos”, indicó la vecina.
“Creo que el gran problema es que circula el tren cada dos horas y media. No se cuál es la idea de restringir el horario del tren, que se sabe que es un transporte popular”, agregó.
La problemática que exponen los usuarios es que en las estaciones intermedias como Casares, Petión o Levene, muchas veces la formación llega llena, y si la dejan pasar, deben esperar casi tres horas para la siguiente.
Dentro del horario comercial de Cañuelas, solo hay cuatro servicios de Ezeiza a Cañuelas. Los mismos arriban a la terminal local a las 8:35, 11:28, 13:53 y 16:.34.