Para los que diariamente usan anteojos la protección obligatoria para cubrir la nariz y la boca se transformó en un problema. Los cristales se empañan y, además de tener que repasarlos para sacarle la condensación generada por el aire que sube por el barbijo, genera mucho contacto innecesario con las manos en la zona de los ojos, puerta de entrada del virus.
Pero con un consejo que publicó un cirujano en las redes se acabó el problema. El profesional reconoció que este método es muy utilizado en las intervenciones quirúrgicas, donde parte del plantel de cirugía suele usar los mismos dos elementos: anteojos y barbijos.
¿Cómo se soluciona? Con un simple jabón. En seco hay que frotarlo por ambas caras de los lentes y después limpiar el residual con una servilleta. Y sanseacabó.