El coronavirus y el aislamiento obligatorio trajeron consigo dificultades para el sector cárnico. En Cañuelas, al menos dos carnicerías tomaron la decisión esta semana de dejar de ofrecer carne vacuna y exhibir en sus heladeras solamente pollo y sus derivados.
“En este contexto a quién le vendes un kilo de carne a $500 o $600. Bajó mucho el consumo y con los precios que nos bajan la carne es imposible. Preferimos no vender más hasta que pase todo esto del coronavirus”, señaló un cortador de un local ubicado sobre San Martín.
Desde la Carnicería Luz, ubicada en Av. Libertad al 1000 señalaron que optaron por dejar de vender carne hace aproximadamente diez días. Antes de la cuarentena empezaron a especular y la “subieron un 30% y 40%. Después la tuvieron que bajar porque no la vendieron como tenían pensado. El pollo también subió pero no tanto, un 15%”.
“Una media res de 110 kilos la están cobrando 30.000 pesos o más. Es imposible porque habría que vender el kilo en el mostrador a 500 o 600 pesos. Con la cuarentena cayó mucho la venta porque la gente no come asados y las parrillas están cerradas”, indicó otro carnicero que tiene su local en calle Basavilbaso.
En un promedio de tres carnicerías céntricas de Cañuelas los precios actuales según el corte por kilo son: cuadril $460, nalga $420, asado $360, cuadrada $370, bola de lomo $370, dos kilos de “picada común” $350 y paleta $370. El pollo entero por kilo oscila entre los 140 y 160 pesos, y la suprema entre $260 y $290.
En contrapunto, la Mesa de las Carnes, que agrupa a más de 40 entidades, cámaras, federaciones y asociaciones de la cadena salió a desmentir aumentos significativos y falta de abastecimiento: "no ha habido aumentos sustanciales como se dice. Ante distintas versiones periodísticas que hablan de aumentos de los precios de la carne, debemos aclarar a la sociedad el esfuerzo de la cadena para mantener el abastecimiento normal de carne, y desmentir rotundamente aumentos de la magnitud que se divulgan", explicó el texto.
Desde la agrupación que representa a toda la cadena cárnica hicieron foco en que el abastecimiento de la carne se ve amenazado porque las curtiembres no están retirando los cueros de la faena, que se pudren rápidamente y pueden contaminar la producción. Por eso los frigoríficos aseguran que uno de los factores por los que deben elevar el precio es para cubrir los gastos de los fletes que trasladan los cueros al CEAMSE.