Como los supermercados y comercios de primera necesidad ya cierran sus puertas, entre las 22 y las 8 la ciudad queda desértica. Pero aquellos que están obligados a transitar por cuestiones laborales remarcan que temen caminar por la ciudad porque no ven patrullaje ni presencia policial durante la madrugada.
Personal de Molino Cañuelas, empresa excluida del aislamiento por ser una compañía productora de alimentos, redactó con el aval de la Unión Obrera Molinera Argentina (UOMA) un pedido al Gobierno para disponer un “operativo de seguridad acorde al decreto firmado por el presidente de la Nación, Alberto Fernández”.
“Con mucha preocupación, observamos que tras el anuncio de la cuarentena obligatoria, no nos cuidan a los trabajadores. En el caso de los molineros, tenemos que seguir trabajando – como todas las industrias alimentarias- para poder garantizar el abastecimiento de los hogares argentinos. Y estamos orgullosos de ser, junto a otros trabajadores, los que logramos sostener el país en pie en el marco de esta acuciante pandemia mundial. Sin embargo nos sentimos desprotegidos”, expresa el comunicado firmado por la UOMA.
“Son tiempos donde debe primear el sentido común, la solidaridad y el cuidado colectivo. Por esto exigimos la presencia del Estado municipal quien debe brindarnos seguridad y tranquilidad a los trabajadores y sus familias”, sentencia el pedido.