El Tribunal Oral Federal N°1 de San Martín juzga desde el 29 de abril a 22 imputados (trece no tienen condena previa y nueve ya han sido sentenciados por otros delitos) por los crímenes de lesa humanidad cometidos en Campo de Mayo.
Al debate se le suman las audiencias de los miércoles, por donde pasarán unos 750 testigos en el marco de las 323 víctimas, entre ellas 14 mujeres embarazadas.
El miércoles pasado, quien brindó su testimonio ante los jueces Daniel Omar Gutiérrez, Silvina Mayorga y Nada Flores Vega fue María Luján Ramos, esposa del detenido desaparecido el 5 de enero de 1977, Esteban Reimer. Maruca acudió a la audiencia acompañada por su familia para aportar a engrosar la causa que investiga los crímenes cometidos en Campo de Mayo.
En declaraciones a la Fm88.1, Pablo Llonto, abogado querellante, detalló: "Este juicio investiga básicamente la desaparición y lo que ocurrió luego en Campo de Mayo, la tortura y exterminio de centenares de militantes políticos y sindicales de la zona norte y oeste del Gran Buenos Aires. Entre ellos siete trabajadores de la planta de Mercedes Benz, que fueron secuestrados, algunos de la misma planta y otros de sus domicilios. Como es el caso de (Esteban) Reimer, que, aunque no fue llevado a Campo de Mayo, el testimonio de su compañera sirvió para dar cuenta de otros desaparecidos de Mercedes Benz".
"Fue un plan de los grupos de tareas y la policía con complicidad de la empresa, que tenía como plan desmantelar la organización sindical dentro de Mercedes Benz, donde se habían conseguido importantes conquistas", señaló más adelante.
Llonto recalcó que "si bien en esta parte de Campo de Mayo se tocan siete casos, los desaparecidos de Mercedes Benz son catorce. Algunos fueron llevados a Campo de Mayo y otros a otros centros clandestinos de detención".
El pasado miércoles en horas de la mañana, María Lujan Ramos declaró en los tribunales bonaerenses: "Son testigos de contexto, que sirven para dar el marco para que los jueces puedan entender que no se trataron de secuestros individuales, sino que fueron secuestros que tenían el objetivo de desmantelar la organización sindical", resumió el abogado en relación al aporte de la vecina de Cañuelas.
"Maruca dio un panorama sobre, entre otras cosas, de que muchos de los trabajadores vivían en Cañuelas y que Cañuelas era una de las localidades que aportaba gran cantidad de operarios a la empresa. El marco que dio la esposa de Reimer estuvo vinculado a lo que fue la represión global ahí para que los jueces puedan entender, porque sino a veces los hechos parecen casos policiales o individuales", destacó.
El reconocido letrado valoró las declaraciones de María Lujan Ramos "para que se pueda observar en globalidad y comprender como la inteligencia militar y policial tenían todo listo para golpear duramente a los sectores organizados de los trabajadores, principalmente a los más combativos".
"El terrible plan de exterminio tuvo como eje, sin dudas y va quedando cada vez más claro, a la clase trabajadora", remarcó.
El juicio tiene como querellantes además de Abuelas de Plaza de Mayo al Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), a las Secretarías de Derechos Humanos de Nación y Provincia y al mismísimo abogado Pablo
Llonto. Además, agrupa 169 casos como los de Mercedes Benz, el Colegio Militar, Área 400 y los Ferroviarios, entre otros, que suman 323 víctimas.
En un comunicado, Abuelas de Plaza de Mayo adelantó que busca "justicia por 46 víctimas, entre ellas 14 embarazadas, 9 padres de niñas y niños apropiados, y otros 23 casos vinculados. Y señalaron que de los niños nacidos durante el cautiverio de sus madres o secuestrados junto a sus padres y madres ya se han restituido cinco casos, pero aún buscamos a diez de ellos, hoy adultos".
Campo de Mayo es uno de los mayores centros clandestinos de detención, tortura y exterminio que funcionó en la Argentina desde 1976 hasta 1983. Allí existieron al menos cuatro espacios de detención y tortura: la cárcel de los Encausados, las casitas, El Campito, y el Hospital Militar de Campo de Mayo. Se estima que por Campo de Mayo pasaron alrededor 5000 detenidos desaparecidos, entre ellos activistas sindicales del peronismo y la izquierda, miembros de comisiones internas de fábricas y empresas como Mercedes Benz, o Ferrocarriles Mitre y Belgrano Norte.
Escuchá la entrevista a Pablo Llonto:
Esteban Reimer, vecino de nuestra ciudad detenido desaparecido:
Tenía 29 años y era obrero de Mercedes Benz. Estaba casado con María Luján Ramos, tenía una nena de un año (Malena, actual concejal del bloque FpV-PJ-UC) y otro bebé en camino.
Formaba parte de un grupo de delegados de la firma Mercedes Benz en Cañuelas, que el día anterior había estado negociando, en la oficina central de la empresa en Capital Federal, la reincorporación de más de cien empleados cesanteados.
El 4 de enero de 1977 Esteban concurrió junto a su amigo Víctor Ventura (también desaparecido el día posterior) y otros siete delegados a convenir la recontratación de los trabajadores, luego de un extenso plan de lucha que incluyó un paro de 24 días. Representantes de la empresa quisieron sobornarlo a cambio de su silencio y Esteban se negó.
Esa noche, Esteban llevó a dormir a su hija de un año, mientras su esposa - embarazada de cinco meses - lavaba los platos. A la una de la mañana, tocaron a las ventanas gritando "policía". Al abrir la puerta, ocho hombres armados irrumpieron en la casa. Dijeron venir a nombre del Primer Cuerpo del Ejército. Se fijaron en una lista y le preguntaron a Esteban si se llamaba Reimer. Cuando éste dijo que sí, le ordenaron que se vistiera y los acompañaron. Revolvieron toda la casa, tiraron libros y discos al suelo y rompieron una foto de Eva Perón. Antes de irse, dijeron "Es por lo de la fábrica" y cruzaron al nombre Reimer de su lista.
Frente al grupo estaba Ramón Aurelio Campos, que trabajaba en la comisaría de Laferrere (Gran Buenos Aires). Este dato se pudo conseguir por medio de una abogada, María Elena Algañaraz, que un día se presentó a su casa y le dijo a María que su esposo estaba detenido en esa dependencia policial, que quedaba al frente de su casa. El propio oficial Campos le había contado a Algañaraz datos sobre el secuestro de Esteban Reimer.
María fue a la comisaría de Laferrere dos veces: una vez acompañada con Algañaraz —que no pudo conseguir otros datos— y la otra vez sola. En la última oportunidad, vio salir de la comisaría a uno de los secuestradores de su marido Esteban, en uno de los autos que participó del operativo. Era un hombre de apellido Proverbio.
También, María se encontró allí con un familiar suyo que trabajaba como chofer del comisario. Días después, "la esposa de este familiar fue a la casa de mi madre a decir que a mi marido lo habían matado junto a otras dos personas", según dijo María.
Entre otras gestiones, María relató que se entrevistó con el coronel Federico Minicucci en el Regimiento de la Tablada. El represor le preguntó: "¿Usted tiene buenas relaciones con su esposo?, porque ya sabe cómo somos los hombres". Después, Minicucci dijo que no era su jurisdicción.
Por medio de la abogada Algañaraz, María Luján Ramos también se contactó con un oficial de la Policía Federal de apellido Santillán. Este hombre, aportó el dato de que los restos de Esteban Reimer habrían sido enterrado en un cementerio privado de San Justo.
Y por los datos que dio un ex detenido (Adolfo Paz) María supo que su esposo permaneció en cautiverio en la Brigada de Investigaciones de Lanús.
Fuente: www.desaparecidos.org