Por estas horas, reina la preocupación y la incertidumbre en los trabajadores de la avícola que presenta un denso historial de conflictos laborales y despidos. Proteinsa S.A., una firma creada en 2015 para hacerse cargo de la ex Rasic y actualmente administradora de Cresta Roja presentó secesión de pagos y reavivó el histórico problema.
“Estamos yendo a audiencias dos veces por semana a Capital porque parece que quiere entrar Granja Tres Arroyos, pero hay trabas porque no quiere negociar nada y de acá de Cañuelas quiere tomar solo cinco molineros. Tres Arroyos entraría si la mayoría de la gente está acuerdo con la propuesta de ellos, que es tomar de a poco a la gente. El gobierno estaría poniendo diez mil pesos por mes hasta julio del año que viene y el que no entre a trabajar en julio del año que viene estaría desvinculado totalmente de la empresa e iría a la quiebra con los Perea (familia titular de la empresa)”, comentó el secretario gremial de la Unión Obrera Molinera Argentina Seccional Cañuelas, Mario Villalba.
El holding Tres Arroyos, que está dispuesto a operar la firma que posee tres plantas en Esteban Echeverría, San Miguel del Monte y Cañuelas presentó un plan de conducción inflexible que prevé una reducción de personal que conservaría sólo a cinco empleados de los 56 de la planta de Cañuelas. Los que quedarían relegados con la gerencia de Tres Arroyos quedarían suspendidos por un año, percibiendo el pago mensual de $10.000 –aproximadamente el 60% del salario-, que absorbería el Ministerio de Producción.
La propuesta advierte la potencial reincorporación de trabajadores suspendidos durante el primer año, que hasta ese entonces cobrarían un pago mensual de $10.000, que serían desembolsados por el Ministerio de Producción. Aquel operario que no sea convocado para regresar a la empresa antes de julio de 2019 sería despedido e indemnizado en 24 cuotas consecutivas.
En asamblea, los trabajadores rechazaron este esquema de Tres Arroyos y convocaron a una marcha al centro porteño para el próximo martes. Otro de los fusibles que endurece la postura del personal es el retraso en los haberes. “Nosotros representamos a los trabajadores que se dedican a hacer el alimento, nuestra pelea también es que la gente del sector no cobra desde el mes pasado. El gobierno no está poniendo un peso y la gente no tiene plata”, sentenció Villalba.