Este miércoles por la mañana, un grupo de alumnos acompañado por profesores de Taller protestaron en la esquina de la institución de formación técnica.
Reclamaban por una autorización formal de las autoridades competentes para volver al dictado de clases presenciales en el sector destinado a la materia práctica. Este paro, disimulado como protesta, se empezó a tejer en la tardecita del martes, cuando decidieron excusarse en que no se había emitido la certificación de la conexión eléctrica reparada.
Es complejo creer que en tan pocas horas se haya podido consolidar un perfil de protesta muy poco común en el distrito en general. Todo indica que se esconden internas feroces en el seno del colegio y se cruzan intereses políticos de algunos referentes del corte de esta mañana.
Lo que parece ser un calamitoso intento de revancha de un político, no quita que deban realizarse las adecuaciones que correspondan en las instalaciones de la escuela técnica para que los alumnos retomen las clases con normalidad.
Hernando “Nando” Noseda es un poco más que un mero jefe de Taller. Para entender el trasfondo habría que remitirse a diciembre del 2023, cuando interfirió personalmente con las autoridades del Consejo Escolar para ocupar la banca que dejó libre Ezequiel Rizzi. A la renuncia del ex intendente se sumaron algunos planteos de carácter administrativo sobre quién debería ocupar el lugar vacío (continuidad en la lista de las elecciones 2021 o el género era el punto).
Noseda hizo todo lo que tenía a su alcance para arrebatarle el lugar a la actual consejera escolar de la oposición, Andrea Galarregui, incluyendo llamados a medios y periodistas por parte de su jefe político Santiago Mac Goey. "Noseda quería empujar del tren al que se le cruce en el camino. Quería buscar cualquier artilugio para sentarse en la banca, eso lo dejó muy mal", le confió a este medio una fuente importante que camina los pasillos de la corporación educativa.
Pero las idas y vueltas de Noseda no quedan ahí. En la escuela técnica hay una frase con que los auxiliares lo pintan de cuerpo entero: "...je, je –risas- el que les contó eso es cierto: acá dicen que Nando trajo una licencia por un esguince de tobillo y se fue a la casa trotando", confirmó un trabajador.
Más allá de la anécdota simpática, los artilugios de “Nando” no terminan allí, ya que otros actores de la entidad lo apuntan por manipular y utilizar a los estudiantes y sus padres, como parte de su plan de tomar revancha por no haber podido obtener el sello de consejero que tanto anhelaba y por lo que tanto hizo. De todos modos parece ser lo menos grave, ya que por algunos movimientos inconfesables su expediente se puede manchar para siempre.
Lo que también deja salir a la luz esta situación es el rol pasivo de la jefa de Inspecciones, Silvia Dickie. Su trayectoria en el ámbito docente y los conocidos vínculos (pero aun no hecho público) con algunas autoridades de los colegios lleva a pensar que tal vez se encuentra con poco margen de maniobra. Es por lo menos extraño como, de un momento a otro, a la señora Dickie se le revelan algunos directores y no toma cartas en el asunto. La pregunta es una sola: ¿No cabe sanción para los profesores que hoy encabezaron esta huelga en la esquina del colegio industrial y dejaron a los alumnos sin clases? La funcionaria tiene un perfil corporativo, indudablemente, pero tal vez ha llegado el momento de ordenar el cuadro de situación en su campo de acción.
A quien aún no se le conoció la voz en estos días de tensión en el ámbito de la educación es a la actual funcionaria municipal de Educación, exconcejal y ex presidenta del Consejo Escolar, Sandra Cardozo. Tiene todos los elementos para salir a escena, pero ha preferido el silencio. Raro, porque el conflicto que denuncia la comunidad educativa de la Escuela Técnica N°1 Manuel Dorrego responde 100 por ciento a su gestión. Cardozo fue premiada con un lugar en la lista de concejales destacados en las últimas elecciones y como insistía en cada despacho -que tenía oportunidad- que quería seguir vinculada a la educación porque, entre otras cosas, despreciaba la actividad legislativa, se sumó al Ejecutivo. Lo conveniente sería que la funcionaria también active antes que se audite su gestión, donde es muy factible que puedan salir a la opinión pública gestiones como las que generaron la protesta de la Escuela Industrial.
En un contexto complejísimo en materia económica y financiera, tanto en la gestión provincial como local, atento, desde ya, a un gobierno nacional divorciado por completo de la inversión en educación, con un ajuste como nunca antes visto en la historia de nuestro país y un futuro de inevitable conflicto social, el primer paso para atravesar este escenario es que la política exprese (y ejecute) el principio de autoridad y los funcionarios, arbitren sus responsabilidades, todos los días.