Este fin de semana, un adolescente quiso llevarse escondidos entre sus ropas un salame y dos trozos de queso. Pero fue advertido por los propietarios del comercio a través de las cámaras internas de seguridad.

El hecho tuvo lugar el pasado sábado, en horas del mediodía, en un supermercado “chino” de la calle Perú, en el barrio Los Aromos. En las filmaciones se ve como el inexperto ladrón toma un salamín y dos trozos de queso duro. Sin darse cuenta que el lente de una cámara estaba tomándolo, dio algunos pasos entre las góndolas y procedió a meterse las tres piezas dentro de la campera que llevaba puesta para mitigar el intenso frío, pero que tambien usó para disimular los productos y retirarse sin abonarlos.

Para completar el combo de un tentempié de embutidos faltaba, sin dudas, una pieza clave: el pan. Pero al ser el producto más voluminoso no podía ocultarlo entre el abrigo, por eso decidió pagarlo en caja junto a otros dos productos.

Este hurto tiene una segunda historia. Los dueños del súper se percataron del ilícito una vez consumado, al ver las cintas del circuito interno de cámaras. Al rato se dirigieron al taller mecánico donde trabaja el joven acusado para decirle que se habían dado cuenta del robo.

Para descomprimir la tensa situación, el mecánico empleador del ladrón pagó los productos sustraídos para evitar una denuncia penal contra el joven y paralelamente tomó la decisión de despedirlo de su empleo en el taller.

Fuentes del caso señalaron que este no fue un hecho aislado, ya que días previos, el mismo “pibe” junto a un amigo habían sustraído una bicicleta y plata de una casa donde habían acudido invitados a una juntada juvenil.