En la madrugada del domingo un hombre encapuchado accedió al predio del Jardín de Infantes Nº902 del barrio Buen Pastor con fines delictivos.
Dejó la bicicleta sobre la calle Paso, saltó el tejido y comenzó a descolgar los reflectores de 500W (valuados entre $500 y $1200) que están direccionados hacia el frente del establecimiento que da a la calle Olavarria.
Guarda los artefactos entre sus ropas y sube a un árbol para sortear otro alambrado que separa los patios delantero y trasero. En ese momento, un agente de Guardia Urbana que patrullaba la zona advierte un movimiento en la copa del árbol y escucha el sonar del quiebre de una rama.
El oficial advierte la presencia de un hombre, da la voz de alto e ingresa al establecimiento para lograr su aprehensión. El ladrón escapa por el fondo, entre los techos vecinos y se da a la fuga con los dos reflectores en su poder, pero dejando la bicicleta en la puerta del “jardincito”.
Los movimientos del caco quedarón registrados en el circuito interno de cámaras de la institución que ya había sufrido un robo a mitad de año.