A las 2:30 de la mañana la policía golpeó el portón del Cuartel de Bomberos Voluntarios de Cañuelas, preguntando si el Fiat Uno gris que estaba estacionado en la puerta pertenecía a uno de los agentes.
Por los abollones y el retorcimiento de la puerta, en un primer momento los policías a bordo del patrullero que observó la escena pensó que se trataba del impacto de un camión o una camioneta que podría haberse dado a la fuga.
Pero no, esa hipótesis se desplomó rápidamente cuando revisaron las cintas de la cámara de seguridad del cuartel.
En la grabación se puede ver como dos ladrones encapuchados con los gorros de sus camperas barretean la puerta del conductor –algunos creen que solo con las manos-, rompen un vidrio y se hacen dueños de todas las pertenencias que estaban dentro del vehículo.
Robaron una mochila, campera, dos perfumes y una tablet.
Dentro de la bronca por la brutalidad del robo, Sebastián se sentía aliviado por haber bajado bajó la mochilita de su hijo y haber podido conservar los juguetes y pertenencias del menor.
Los delincuentes escaparon caminando por calle Mitre, con sentido a calle Belgrano.
A pocas cuadras practicaron otro robo con la misma metodología.
Vencieron el parante de la puerta delantera derecha de un Chevrolet Corsa blanco que se encontraba estacionado sobre la vereda, en la calle San Vicente al 500.
Del Corsa arrebataron elementos personales de poco valor.