En horas del mediodía Liliana Calvo (63), vecina de Vicente Casares, y su nieta de 7 años descendieron del Tren Roca en la Estación Cañuelas. Estaban a quince minutos del ingreso a clases del turno tarde del colegio Santa María y restaban solo un par de cuadras para llegar al establecimiento de calle Mosconi.
El puente peatonal que cruza por encima de la planta de ISPRA esta cerrado por reconstrucción y obliga a los vecinos a cruzar por un caminito por entre las vías, que une las viejas casas del ferrocarril con la esquina de Salta y Kennedy.
Cuando caminaban sobre las vías por dicho sendero fueron interceptadas por dos delincuentes. Con el rostro cubierto con un “cuellito” las abordaron pidiéndole exaltadamente la cartera. Como un acto reflejo, la menor comenzó a correr con dirección a la calle Kennedy para zafar de la angustiante situación.
Liliana, sin pensarlo, escapó detrás de su nieta. Los sujetos insultaban a la mujer exigiéndole que le de su cartera y amenazándola con darle un tiro o secuestrar a la nena.
Ante la aparición de un tercero en las cercanías los cacos decidieron abortar el robo, fugandose hacia el lado de la estación.
Liliana denunció el caso y reconoció que no sufrieron lesiones y que los delincuentes en ningun momento exhibieron un arma.
Por la manera de actuar presumen que se trataría de la misma “bandita” que hace una semana golpeó y le robó el celular a un alumno de primer año de secundaria en inmediaciones al Parque de la Salud.