El pasado viernes, dos mujeres debieron interrumpir un sabroso hurto que parecía casi consumado. Las rateras quisieron llevarse más de $20.000 en embutidos pero fueron descubiertas por los empleados.
Según el encargado del supermercado mayorista “La Económica”, las individuas, de unos 30 y 50 años, caminaron de punta a punta el local hasta que se decidieron a ir en busca del botín. Primero fueron a la zona de refrigerados y retiraron dos hormas de queso fresco.
Caminaron unos pasos. La mayor de las mujeres ocultó una horma debajo de la remera, en el abdomen, y la tapó cruzando una riñonera.
Segundos después, la delincuente más joven se acercó a la ganchera de embutidos y retiró una bocha de mortadela y unos salamines, para también esconderla en su panza, aparentando ser una embarazada.
Estos movimientos fueron alertados por uno de los repositores del comercio ubicado en Ruta 205 (Km. 66.500), casi Uruguay, que las siguió a sol y a sombra.
Las mujeres quisieron salir por la puerta de “entrada” y un empleado las invitó a que den toda la vuelta y egresen por el sector de cajas, como se debe. Se dieron cuenta que estaban acorraladas y volvieron tras sus pasos.
Se escondieron detrás de la misma ganchera, se sacaron los productos del abdomen y los depositaron nuevamente en las exhibidoras del local. Salieron por la puerta que correspondía sin comprar, ni robarse nada, y caminaron por Ruta 205, sentido al centro.
Como no se llegó a consumar el hecho, el propietario del mayorista desistió de radicar la denuncia pero quiso alertar a los demás comerciantes sobre esta metodología de hurto que podría consumarse en otros locales de la ciudad.
*Por cuestiones legales, al no ser un hecho consumado, los rostros deben permanecer ocultos*.