Según consta en la denuncia presentada por Brenda Quintela, el incidente ocurrió el domingo 16 de marzo por la noche, cuando recibió un llamado de su madre alertando que su perro “Coco” había sido baleado.

La mujer relató en sede policial que al llegar a la casa de su madre, en la calle Rodríguez al 400, encontró al animal en grave estado, por lo que, junto a su hermano y un amigo, lo trasladaron a una clínica veterinaria en Ezeiza.

Allí, los estudios confirmaron la presencia de perdigones en su cuerpo, con perforaciones en el pulmón derecho y el estómago.

A pesar de los esfuerzos veterinarios, el perro no logró sobrevivir y murió el lunes 17 de marzo a las 07:10 de la mañana.

La denunciante apuntó directamente contra Walter G., un vecino de entre 35 y 40 años, a quien acusó de haber disparado contra el animal. Según el testimonio de la familia, Walter es conocido en el barrio por su agresividad hacia los perros y ha sido visto en otras ocasiones portando un rifle de aire comprimido.

Además, mencionaron que en varias oportunidades había intentado dispararle a otros animales.

Brenda dejó constancia de que su madre tenía dos perros y que el fallecido era el que más ladraba. Asimismo, aseguró que los animales nunca salían de la propiedad, que estaba cercada con tejido olímpico y paredones, por lo que consideró que el ataque fue intencional.

En la denuncia, también se menciona que Walter poseería perros de raza pitbull atados con cadenas y que estos recibirían maltratos.