Agustín Galarza, vecino de Máximo Paz, vivió un verdadero calvario junto a su familia, el domingo a la noche. Es que luego de visitar a parte de su familia en Santa Anita, pudo pasar por el piquete de Vicente Casares en el regreso a casa, pero los vecinos que protestaban por la falta de luz rodearon el auto y lo destrozaron, con su familia arriba.
“Un hombre nos dijo que podíamos pasar, ya que le comentamos que somos de ahí. Mi pareja bajó a ayudar a correr las ramas y de repente la gente del piquete se puso como loca. De la nada, nos empezaron a rodear el auto y comenzaron las agresiones. Después, aparecieron personas a caballo con palos”, comentó la mujer.
“Nos rompieron todo, no sé cómo hicimos para salir de ahí. En la desesperación por agarrar al nene también recibí golpes: terminé con dolores en todo el cuerpo. Agustín zafó de que no lo lincharan”, agregó.
Luego del hecho violento, la Policía se acercó para guiar a la familia por un camino alternativo a la salita, ya que era imposible llegar al Hospital Cuenca y al centro médico de Ezeiza por los cortes para realizar los chequeos correspondientes debido a los hematomas.
“Reventaron el vidrio justo a la altura de la cabeza de mi nene de 2 años. Fue una locura lo que ocurrió”, finalizó la mujer.