Agustín Quiñonez, de 18 años, fue asesinado el 7/12/24 en la entrada de la quinta “La Lorita”. Por el caso, detuvieron a Lucas Figliomeni (propietario del arma utilizada en el ataque) y el principal acusado, Lucas Giacomini (22), es buscado por los propios familiares de la víctima en distintos barrios de La Matanza.
El entorno de Agustín asegura que la Policía no hace nada para encontrar al culpable. Todos los días viajan a Isidro Casanova pegando carteles e indagando.
Damián, el tío de Quiñones, explicó lo que pasó durante esa mañana de diciembre en distintos medios de TV: “Fuimos a una fiesta, porque durante toda la noche pasaba mucha gente invitándonos. Acá en el barrio nos conocemos todos, entonces sabíamos de que había una joda muy grande. Pero cuando llegamos, no nos dejaban ingresar. Cobraban $ 10.000 y estábamos sin plata”.
“Mi sobrino que es cantante les pidió si podía pasar y a cambio, entonaba algunas canciones. Pero se negaron y salieron a hablarnos mal. Uno salió a preguntar quién era el cantante y ahí empezó lo peor: le pegaron a Agustín y después arrancaron a tirar tiros. Giacomini le pegó el disparo certero”.
Una vecina de Cañuelas, que salió a caminar encapuchada por seguridad, comentó: “Todos lo apañan acá en Casanova. El fin de semana salió a robar y lo vieron en una barbería, pero nadie lo busca. Los vecinos tienen miedo. Voy a todas las comisarías de La Matanza y nadie sabe del hecho. El muchacho anda por Los Pinos y San Petersburgo”.
Desesperados, los amigos llegaron a la vivienda donde vivía Giacomini antes del crimen. Ahí, salió Jorge, el abuelo, que decidió salir al cruce: “No lo veo hace más de un mes y no tengo nada que ver con lo que pasó. Acá no vive nadie, entiendo el dolor de la familia, pero nosotros no sabemos qué es lo que hace”.
Y fue sincero al final: “Si mató a alguien, que pague lo que tenga que pagar”.