Las redes sociales de Cañuelas Fútbol Club comunicaron en la madrugada del martes que el presidente Daniel Roncoli presentó la renuncia a su cargo.
El desgaste de la gestión de casi diez años y el reordenamiento financiero de su vida personal serían los motivos por los cuales el dirigente más exitoso de la historia de la institución tambera decidió apartarse del sillón de Lara y 25 de Mayo.
El Vicepresidente 1° Jorge Zanabone conducirá la transición, junto a la Comisión Directiva, hasta el llamado a Asamblea del último trimestre del año en que se presentarán Memoria y Balance, y se elegirán las nuevas autoridades”, señala el parte oficial.
Roncoli, se despidió del club de sus amores y de sus hinchas con una carta en su Facebook, destacando que seguirá involucrado como colaborador y que se va del cargo sin un peso en sus cuentas bancarias.
CARTA DE RONCOLI A LOS Y LAS HINCHAS DE CFC:
“Hoy presenté mi dimisión como Presidente de Cañuelas Fútbol Club. Quiero agradecer a las y los que me hicieron merecedor de este honor. A sus socias y socios, a sus hinchas, a cada una y cada uno de los deportistas que defendieron el escudo en esta etapa, a mis pares de Comisión Directiva en cada proceso, a los auspiciantes, autoridades, amigos y amigas, colegas de otras instituciones, de AFA y de otras federaciones, entrenadores, entrenadoras, profes, y muy especialmente a Patri, mi compañera, quien fue un bastión para mi desempeño en todo el período y con quien en los últimos cuatro años de modo intenso comenzamos a realizar una construcción en el sentido del cambio que requieren hoy las instituciones, con una mirada con perspectiva de género; erradicando las violencias en cada rincón del club; implementando un protocolo institucional de acción para la prevención e intervención ante situaciones de violencia y/o discriminación por motivos de género y/u orientación sexual; con una contención dedicada y personalizada con cada deportista que así lo precisó; con un gran sentido solidario durante la pandemia sin necesidad de publicarlo; y con una menor afectación patriarcal en el análisis de las problemáticas del día a día. Quedó mucho por hacer también en esta faceta. Así mismo debo agradecerle a la prensa nacional y, en especial la local, por su tarea responsable y por haber cubierto con pasión cada hecho que nos tocó protagonizar. Interpelándonos, haciéndonos pensar, informando. Contestaré, por supuesto, notas periodísticas pero les pido un poco de paciencia para su realización; estas siguen siendo horas de muchísimo trabajo. Renuncio a mi cargo, no a mis obligaciones: debo terminar algunas gestiones, trasladar obras proyectadas o iniciadas, delegar algunas cuestiones, desprenderme de otras.
La Comisión Directiva continuará el cometido hasta el final de mandato con la honestidad que le ha sido característica desde el día 1. Decido privilegiar necesidades personales en un momento en que no hay crisis, cuando todos los deportes iniciaron sus competencias y a un mes de la celebración de la reinauguración del buffet-restaurante de la sede social como puntapié inicial de un replanteo de todas las funciones de Lara 874, con dos obras de carácter inmediato y mediato en el Estadio (mejora de baño de damas y creación de oficina de socios y atención al público) y el arranque de la Escuela de Oficios, cuyo funcionamiento comenzará a mediados de mayo. No hay una razón única que avale esta decisión, las cuestiones son muchas pero para tratar de ser sintético podría decir que para mí gestionar este tipo de clubes, con su enorme peso cultural, su tradición y su compromiso social, es el arte de lo imposible. Cuando todos los indicadores en la relación con los benefactores conllevan la pretensión de que la gestión se convierta en el arte de la resignación se le acaba el sentido al esfuerzo, al tiempo dedicado, a la vocación de servicio. Si el dirigente pierde alicientes y no se rebela, las inequidades y las ingratitudes, que son moneda corriente, se transforman en un color que lo tiñe todo. No tengo ningún afán de hacer un panegírico de nuestra gestión. Solo daré dos datos: con mis compañeras y compañeros de CD logramos incrementar el patrimonio de la entidad en más de un 100%. Lo formulo con alguna vaguedad al por encima del 100 ya que el dato absorbe el revalúo de la marca CFC, desde la tienda al valor de los futbolistas, a través de éxitos deportivos como el Ascenso a la B.
Hay otro que me interesa reseñar. Cuando asumimos dijimos que veníamos a fundar el club de los próximos 100 años. El abono concreto y pertinaz sobre el sentido de pertenencia hace que nuestras y nuestros deportistas fervientes, en cantidad incorporándose al club desde sus 4 años, permitan proyectar una transferencia de esa pasión a hijos, nietos y futuros descendientes. Este ya no es un hecho intangible. Es la lógica de quien planta un árbol y la sombra será disfrutada por dos o tres generaciones posteriores. Lo hicimos con profundo amor, casi ningún miembro de Comisión se acercó al club por el compromiso de acompañar a un hijo o una hija. Pusimos el foco en el área formativa por sobre cualquier otro deseo o propósito. También me importa dejar en claro a modo de Declaración Jurada, una información que creo es imprescindible para las socias y los socios. El 2 de enero de 2013, cuando asumimos nuestros cargos activamente, tenía una cuenta en el Banco Galicia. Ofrezco la imagen del extracto con el saldo actual. En pleno ejercicio y por cuestiones operativas ante alguna licencia o ausencia del Tesorero, me vi obligado a abrir una cuenta en el Banco Santander donde el club opera institucionalmente. También comparto el extracto de la misma al día de hoy. No tengo cajas de seguridad, ni cuentas en paraísos fiscales, ni billeteras virtuales, ni valores invertidos en ninguna parte. Lo expreso con algo de humor pero es absolutamente así. Doy fe, además, que en este tiempo mi patrimonio personal no creció en ningún aspecto, sufriendo sí, un deterioro, por el desgaste lógico y la imposibilidad económica de brindarle mantenimiento. Por último, agradezco todo el aprendizaje que me brindaron enormes profesionales, de distintas esferas, que trabajaron en esta etapa en el club: nos hemos dado el lujo de contratar a notables que muy generosamente se adaptaron a presupuestos pequeños y nunca fueron austeros a la hora de responder preguntas, inquietudes o la solicitud de sus opiniones calificadas. Recuerdo con afecto y mucha emoción a esas y esos colaboradores que en estos años abandonaron este plano. A su memoria me toca, por último, pedir disculpas por los errores, falencias, equivocaciones, por las tareas inconclusas y aquellas injusticias que pude haber cometido en el ejercicio de mi función. Sólo puedo agregar que la camiseta está empapada, la transpiré con ganas. No es un hasta luego ni un hasta siempre.
No imagino que deparará mi labor; seguiré ligado al club, soy Socio Vitalicio, colaborando en aquello que pueda y acompañando al crecimiento, gozando y sufriendo por los colores, como lo he hecho desde que tengo uso de razón. Un fuerte abrazo para cada una y cada uno de quienes comparten el sentimiento. Muchas gracias”.