La tercera semana de septiembre se convirtió en una pesadilla para “Transporte Cristian”. En menos de 72 horas un micro de la empresa local se vio involucrado en dos siniestros viales prácticamente calcados.
Este domingo a las 8:45 de la mañana, el ómnibus que traslada al plantel de la Primera B Metropolitana del Cañuelas Fútbol Club fue nuevamente chocado en la parte trasera, tal como sucedió el pasado jueves en el Km.90 de la Ruta 6.
En esta oportunidad, el micro conducido por el dueño de la empresa, Cristian Lavandera, estaba comenzando una excursión de adultos al Tigre.
Se dirigía por la autopista Ezeiza-Cañuelas, sentido a Capital Federal, y metros antes de la bajada de Tristán Suárez, se detuvo en la banquina a esperar a una pasajera que iba a sumarse a la delegación para disfrutar de un paseo dominical.
“Paramos en la banquina, estábamos con las balizas puestas, bien estacionados, esperando a una chica. El chico se durmió”, relató Lavandera.
El conductor del Ford Focus blanco, un hombre de 24 años oriundo de Canning, manifestó haberse quedado dormido. Su vehículo quedó arruinado, pero a contraposición de la imagen que presuponía consecuencias graves, el joven sólo sufrió un raspón en la cabeza, no debió ser hospitalizado y fue trasladado junto a Lavandera a declarar a la subcomisaría de Cuatro Bocas, partido de Tristán Suárez.
“Esta vuelta es un palo muy grande. Me rompió chapa y parte mecánica. Es una destrucción complicada de arreglar, hay que ir a carroceras de Rosario, Córdoba. Me generó un daño muy importante, no creo poder levantarme”, describió angustiado el chofer y dueño del colectivo.
Cabe recordar, que el mismo bus, el pasado jueves había sido colisionado, también por alcance, por un Peugeot 505 en el Kilómetro 90 de la Ruta 6. En esa oportunidad, los daños fueron menores en el paragolpes trasero y los cuatro ocupantes del “505” fueron trasladados al Hospital Marzetti con traumatismos leves.