El boxeo argentino tiene a un tapado: Tomás Mastronardi. El deportista, que incursiona en la categoría Súper Welter con 69,850 kilos, todavía no perdió y entre sus triunfos suma cuatro alegrías por la vía del nocaut. Con esa exigencia, la de levantar los brazos mandando rivales a la lona, analizó su última contienda, ganada en las tarjetas, frente a Julián "Mezcalito" Aguilar.
“Me sentí muy bien y trabajé muy tranquilo. Para la próxima pelea, no puedo dejarle la decisión a los jueces”, le dijo Mastronardi a NacPop.
Además, el peleador dio detalles de su vida en la tierra azteca: “Mi vida acá es muy próspera, rodeada de amigos y familia. Obviamente, extraño a mi Cañuelas, hace tres años que no voy. Deseo comer en lo de mi abuelo abrazado a mis viejos y mis hermanos”.
“Me adapté al ritmo de México gracias a otros dos cañuelenses, Luca y Gustavo Bastiano, quienes me dieron lugar en su casa y fueron los impulsores en mis inicios en el box”, detalló.
Tomás, quien tiene 23 años y está afuera desde el 2020, tiene una misión muy clara: “Quiero ser campeón mundial. Sé que es un sueño muy grande y difícil de cumplir, pero lo importante es hacer lo que uno ama con pasión y apuntar lo más alto posible”.
Y en su deseo, fue más allá: “Me veo con el título, llegando a Cañuelas para descansar y festejar con los que me vieron crecer desde muy chico”, cerró tras el triunfo del pasado sábado.
Fragmento de la última pelea de Mastronardi (pantalón azul), frente a Julián "Mezcalito" Aguilar.