A las horas convulsionadas que vive la dirigencia de CFC, principalmente por su presente futbolístico, se le podría sumar un complicación más: según le confiaron a este medio, el grupo gerenciador encabezado por Miguel Plasencia tendría todo listo para dar por concluido su vínculo con Cañuelas.
Aunque el contrato entre las partes se extiende hasta diciembre del 2024, uno de los artículos destaca que las partes pueden dar por finalizado el acuerdo y gozar de todos los privilegios, siempre y cuando lo notifiquen con 60 días de anticipación. Aquí se desprende lo que sería un hecho y restarían detalles para que la gerenciadora, en los primeros días de octubre, notifique a la CD de la decisión. De esta manera, cumplirían con sus compromisos hasta fin de año y a partir de enero quedará todo en manos de los "popes" Tamberos.
Una relación irreconciliable con un sector de la dirigencia, el desgaste propio del paso del tiempo y el divorcio entre la idea que pregona Plasencia y sus colaboradores con la de los dirigentes alineados al fútbol profesional se convirtieron en un combo explosivo que llevaron al grupo privado a revisar su continuidad en la institución de Lara y 25 de Mayo.
Hay señales que dan cuenta de que la ruptura del vínculo es un hecho. Plasencia y Claudio Jara hace al menos cuatro partidos que no siguen al equipo en la cancha. Recordemos que la última vez que estuvieron en la zona mixta fueron expulsados por la policía y, según le transmitió el efectivo al propio Jara, fue el mismísimo vicepresidente del club (en uso de licencia) Juan Manuel Capistrano quien envió a las fuerzas de seguridad a expulsarlos del lugar destinado a dirigentes y allegados a las instituciones. Tal es así que el último partido en el Arín fue el propio Capistrano quien se encargó de atender exclusivamente al controvertido "Pipo" Marín, presidente de la mesa de la divisional y dirigente de Acassuso.
Consultado por este medio, un importante dirigente del club aseguró que no tenía información al respecto en relación a una posible ruptura del contrato. Tal es así que el sábado hubo una reunión en la sede del club de la que participó el propio Plasencia, aunque se dedicaron a hablar sobre cuestiones administrativas en torno al escenario económico de la actualidad.
Respecto a cómo podría resolverse esta fuga de recursos en el fútbol profesional, siempre estuvo rondando la posibilidad de sumar como aportante a Agustín Jiménez, un empresario radicado en el country “La Dolfina” de Alejandro Petión. Cuando más cerca se estuvo de combinar un acuerdo se derrumbó por una serie de maniobras que cayeron muy mal en la dirigencia de Cañuelas. En esos días trascendió que Jiménez desembarcaría en el club con Cristian Fabbiani como DT, pero finalmente se disolvió la posibilidad.
Del lado de Plasencia, cada vez es más fuerte la versión de que el empresario industrial está próximo a inaugurar una oficina referida al fútbol en la zona sur y que ya tendría negociaciones avanzadas para recaer en Los Andes.
