Barba, de 56 años, había sido designado en la diócesis bonaerense en 2013 por el papa Francisco, y es presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social.
Con esta designación, Barba será el séptimo obispo de la diócesis de San Luis, creada en 1934 por el papa Pío XI, y que alberga cerca de 440.000 habitantes.
Con fecha de 9 de junio, Barba escribió una carta para despedirse de la comunidad diocesana.
"Se acaba de hacer público lo que me acaba de encomendar el Papa Francisco: soy el nuevo obispo de San Luis.
Seguramente esta noticia les causará mucha sorpresa y no se la esperaban. Permítanme decirles que a mí me ha pasado la mismo… pero solo siete días atrás.
No me imaginaba un cambio. El Papa Francisco tiene una mirada mayor de la Iglesia y agradezco su confianza nuevamente puesta en mí.
Saben cuánto quise y quiero a esta hermosa Diócesis a la que le he entregado mi vida y corazón en estos poco más de seis años. De lo intenso de todo lo vivido y de lo cercano que he intentado estar y ser junto a todos ustedes: sacerdotes, consagrados, diáconos, laicos/as.
Me cuesta irme de aquí por el gran cariño que les tengo a todos, pero no tengo ninguna duda que si el Papa me pide esto…, si la Iglesia me pide esto… es Dios quien me habla y me lo pide. Y solo me nace decir sí. El Ministerio recibido no es para mí, sino que es para servir donde la Iglesia me mande. Y hoy me toca ir a San Luis, una Diócesis a la que, como ésta, no conocía previamente. Solo de pasada, o de visita. Empezar de cero y empezar todo de nuevo. Continuar la rica y antigua historia que lleva esa Iglesia Particular.
La cuarentena lamentablemente no nos dejará dar esos abrazos de despedida que tanto hubiera deseado. Ahora nos toca a nosotros quedarnos con esas ganas de despedirnos así. No tenemos opción.
Jamás me alcanzarán las palabras para agradecer todo lo vivido y compartido con cada uno de ustedes. De lo profundamente feliz que han sido estos mis primeros años donde junto a ustedes he aprendido a ser obispo. Y seguiré aprendiendo. Gracias de corazón a cada uno. También pido perdón por mis errores. A varios se lo he expresado personalmente a lo largo del tiempo donde me he dado cuenta de que me he equivocado.
Sigan tan activos y creativos como siempre. Sigan siendo una Iglesia viva que se ha revitalizado en este tiempo de cuarentena. Sigan firmes en esa hermosa fe recibida y en su compromiso cristiano y eclesial.
Siempre estarán en mi corazón y en mi agradecida memoria.
Recen mucho (¡yo también..!) por quien será su nuevo obispo y pastor. No se sabe aún quien será. Por medio de la oración pidan ya por él cada día.
Siempre son tristes las despedidas y cada uno las vive a su manera…, como puede. Todos seguiremos juntos y en comunión trabajando por la Iglesia, desde nuestros propios lugares. Desde donde Dios nos va pidiendo que pongamos nuestros dones al servicio.
GRACIAS. GRACIAS. GRACIAS.
Dios los bendiga mucho. Los llevo en mi corazón. La Virgen de Fátima los proteja siempre.
Mons. Gabriel Bernardo Barba"