La edil del partido radical, Emma Corvalán, no ha pasado desapercibida en su corta vida política desde el mismísimo día que fue electa para el cargo.
La docente no para de tener frases y dichos desafortunados que la colocan en un lugar muy incómodo, incluso con sus pares de bancada y aliados partidarios.
En esta oportunidad, derrapó mientras la legisladora hacía un relato sobre la inseguridad en Cañuelas y repasaba distintos hechos delictivos. Hasta ahí nada fuera de lo normal. Ocurre que en un momento aseguró “dudamos de las caras que vemos... y a veces no estamos tan equivocados”, dejando en claro que, según ella, la fisonomía y el aspecto de una persona puede definir su cercanía con el delito.
Pero no es la primera vez que Corvalán muestra públicamente su línea de pensamiento. El día de la elección general y tras la derrota con el oficialismo, tomó la palabra en el comité radical y castigó a los votantes del Frente de Todos. “Hemos dado todo de nosotros: trabajo, transparencia y esfuerzo. No alcanzó porque una billetera fue muy poderosa. Hay mucha gente necesitada en Cañuelas, que generación tras generación no vivió de la educación y del trabajo, sino de un plan. Y terminan siendo rehenes del gobierno municipal. Han aceptado todo lo que le ofrecieron. Compraron voluntades y compraron dignidad”.
Pero lo de Emma no es solo en público, puertas adentro no tiene la mejor relación con algunos de sus compañeros de bloque, algo que salió a la luz en este medio a raíz de su entredicho con la otra edil radical, Claudia Pereleteguy.
Lo cierto es que conocida su candidatura, perfiles truchos de Facebook denunciaron posturas discriminatorias durante su época como directora en el corredor de Ruta 3. Esto fue rechazado de plano por el radicalismo, denunciado una campaña sucia contra su candidata.
Sin embargo, la realidad también marca que cada vez que agarra un micrófono parece validar aquellos dichos.