Sorpresa. Esa es la palabra que todavía define la sensación dentro de Juntos tras los resultados del último domingo.

Es que, si bien sus dirigentes imaginaban una elección difícil, todos descartaban una victoria segura tras los tres mil votos de diferencia obtenido en las PASO.

Es más, algunos avizoraban el ingreso de la sexta candidata a concejal, Carolina Torrilla, mientras que otros, por lo bajo, discutían la presidencia del Concejo Deliberante y la secretaria del cuerpo.

Pero empezaron a llegar las primeras mesas con los resultados y de a poco la ilusión se fue apagando. El impacto fue fuerte.

Tal es así, que todavía grogui por lo sucedido, Leonardo Iturmendi solo atinó esa noche a decir algunas palabras protocolares, lamentar por perder por algo más 300 votos y ensayar una queja por los recursos volcados por el oficialismo.

Igualmente, el mismo domingo por la noche ya empezaron a aparecer algunos inconvenientes. Es que la flamante concejal Emma Corbalán no pudo contener su bronca por la derrota y estigmatizó y denigró a los votantes del Frente de Todos.

A partir de ese momento los pases de factura puertas adentro no se hicieron esperar y tantos radicales como macristas buscan entre sus filas a los responsables de la derrota. Y no se salva ninguno.

El próximo 10 de diciembre asumirán los nuevos ediles, y la oposición debe elegir el presidente del bloque. La UCR tienen tres representantes, el PRO tiene cuatro concejales (pero de dos sectores diferentes) y el monzoísmo uno.

Hoy es toda una verdadera incógnita quien será el mandamás, pero lo cierto es que la importancia del cargo tiene que ver con el perfil que adoptará el futuro bloque de Juntos.

Por otro lado, el ex intendente Ezequiel Rizzi, quien fue electo consejero escolar, confirmó que asumirá el cargo. Eso sí, pone en duda su futuro atento al contexto laboral que se pueda desarrollar en la relación con los consejeros oficialistas.