El bloque de Juntos por el Cambio había presentado en la última sesión un proyecto para pedir la prohibición de la venta y comercialización de la pirotecnia sonora en el distrito de Cañuelas.
La base fundamental de la norma se basaba en el deterioro de la salud en personas sensibles a los ruidos y estruendos, al igual que en el caso de las mascotas.
Pero tras haberse reunido con empresarios y el sindicato del sector y al no lograr un manifiesto apoyo del bloque oficialista al proyecto, los ediles opositores decidieron realizar modificaciones buscando la aprobación de una reglamentación consensuada sobre la problemática.
En ese marco, el escrito varió, solicitando que se declare al Municipio de Cañuelas "libre de pirotecnia sonora que afecta a la salud”, comprendiendo con ello "la restricción en la comercialización y uso de elementos pirotécnicos en todo el territorio del distrito, que sobrepasan los 65 decibeles y cuyo efecto sonoro afectan la salud según lo estipulado por la OMS”, aclarando que quedarían "exentos, para comercialización y uso, todos aquellos fuegos artificiales visuales, de luces o cualquier otro que por su característica no provoque sonidos ni estruendos mayores a 65 decibeles”.
Claudia Pereleteguy, concejala autora del proyecto, a la hora de defenderlo explicó que “las campañas de concientización son imprescindibles, pero solas no alcanzan. ¿Tenemos dimensión de lo que pasa con chicos con autismo en navidad o año nuevo? Las familias buscan acuerdo con los vecinos y sino esa familia busca protección para ese niño en una habitación alejada o muchas veces en el baño intentando distraerlos para que lo pasen lo menos mal posible. Para esa persona que está protegiendo a ese niño la angustia es indescriptibles. Cuando pasan estas cosas, estos chicos pueden llorar descontrolados, autoagredirse, tener movimientos estereotipados y otras cosas. Hoy podemos cambiar las fiestas de muchas familias y de las minorías que no tienen voz”.
Pero ni la referencia a su caso en particular hecho por Pereleteguy logró el apoyo del oficialismo, que solo buscó una salida elegante para no acompañar la iniciativa. “Los concejales de este bloque conocemos y comprendemos lo que dice la concejala preopinante. En la reunión se expusieron posiciones y problemáticas. Esto afecta a diferentes sectores y factores. Lo que se concluyó es que se debía seguir estudiando este tema para esta problemática. Tenemos el compromiso de abordarla y trasciende las posiciones políticas. Todos tenemos alguien cercano que sufre y todos tenemos un familiar que fabrica o vende fuegos artificiales”, empezó diciendo Romina Marques Antunes, quien destacó que “el bloque opositor entendió y por eso modificó y presentaron el nuevo escrito ayer. Leímos esos cambios, pero no lo pudimos analizar y nos vemos limitados a emitir opinión y necesitamos que se evalué con seriedad y por eso queremos que se mande a comisión”.
Ante este escenario, el presidente de la bancada de Cambiemos, Carlos Álvarez intentó que el oficialismo se comprometiera a tratar el tema en una sesión extraordinaria antes de las fiestas, pero tampoco lo logró, ya que Maximiliano Mazzanti, titular del bloque oficialista, solo pidió pasar a votación dejando la incertidumbre sobre el tema.