El PRO ya hace casi 10 años que se encuentra en Cañuelas. Y siempre al partido del ex presidente Mauricio Macri le ha costado el armado interno y su consolidación en el distrito.
Ha pasado por momentos escandalosos en su historia, muchos dirigentes locales y varios paracaidistas han jurado tener los teléfonos rojos de la superestructura en épocas de elecciones y las situaciones se desencadenaron en la presentación de dos listas (en 2015 por ejemplo) o con dirigentes entrando y saliendo del sello en cuestión de meses.
Tras la elección de 2019, con las derrotas del gobierno nacional, provincial y Santiago Mac Goey en Cañuelas, el PRO y sus allegados vuelven a tener un escenario complicado para el ordenamiento interno pensando en el futuro.
“No hay 2023 sin 2021”, repite más de un dirigente local. Y esto es así para varios alfiles amarillos a los que se les terminan sus mandatos legislativos o que se encuentran fuera de la cuestión institucional.
Uno es el caso de Santiago Mac Goey, último candidato a intendente macrista y quién hoy es el presidente del partido. Mac Goey tiene la ardua tarea de intentar dejar atrás las críticas internas a su participación en la campaña y volver a convencer a todos los que sumó al espacio para que vuelvan a depositar la confianza en su figura. Para ello, se intentará apoyar en los contactos que le quedaron con el equipo de la ex gobernadora María Eugenia Vidal, que de ser candidata a legisladora en el 2021, le será un fuerte espaldarazo para sus intenciones. Tras haber estado alejado estos meses de la cuestión política por temas personales, estas últimas semanas ha vuelto a levantar el teléfono con la idea del rearmado.
Carlos Álvarez es un hijo “adoptivo” del macrismo. Tras sumarse al espacio luego de 2015 siguiendo a figuras del viejo GEN de Margarita Stolbizer fue ganando lugar. Primero como Jefe de Campaña de Cambiemos en 2017 y luego nuevamente en el mismo rol llevando a Mac Goey a ganar la interna frente al radical Leonardo Iturmendi.
Si bien su participación en la campaña le generó algunos cuestionamientos puertas adentro, su habilidad para tejer política internamente lo posicionó rápidamente como jefe de bloque a partir de diciembre. Además, Álvarez logró sumar a gente de su riñon en los primeros lugares de la lista de concejales para robustecer aún más su figura.
El ex radical analizará los distintos escenarios hasta último momento e intentará manejar los tiempos políticos de la interna PRO para jugar su partida. Y tiene un as bajo la manga, la llegada directa a la presidenta del partido a nivel nacional, Patricia Bullrich.
Martín Augusto llegó a ser concejal de la mano de Álvarez, pero rápidamente mostró independencia de pensamiento y de acción para con su compañero de banca. Dice ser un político de la calle y por eso intenta mostrarse diferente a sus colegas. Fue el primero en mostrar sus cartas al aparecer en el primer acto realizado por el ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Emilio Monzó, quien está conformando un fuerte armado junto al ex ministro del interior, Rogelio Frigerio.
Monzó, enemistado con Vidal, también teje sus relaciones con el sector radical de Gustavo Posse y Martín Losteau, que busca ganarle el comité provincia al sector del ex vicegobernador Daniel Salvador, que tiene muchas mejores migas con la gobernadora.
Augusto sabe que, si arriba la suerte se tuerce para su lado, a nivel local su futuro armado quedará mucho mejor preparado.
Diferente es el caso de la edil Natalia Blasco. La abogada debería renovar su banca, y aunque jura y perjura que no tiene intenciones de hacerlo, continúa trabajando en el espacio denominado “Mujeres PRO Cañuelas” y siguiendo con las cuestiones de género, se referencia y participa de las actividades que realiza la senadora provincial, Lorena Petrovich, que junto a su par Walter Lanaro, fueron en 2019 los encargados del armado de los distritos denominados “chicos” de la tercera sección electoral. Habrá que ver si llegado el momento, sus terminales no piden por un lugar para ella.
Ante la derrota y sin liderazgos claro dentro del partido, el futuro del PRO local estará atado a lo que ocurra en la superestructura y, desde ahí, como se tejen las relaciones con el radicalismo sabiendo que las internas son una posibilidad muy certera de cara a 2021.
