La finalización del mandato de algunos concejales y la asunción de otros hizo que en Juntos Por el Cambio se modifique el mapa político. La derrota local, sumado a las sorpresas en nación y provincia, descartaron un clima despejado post elecciones y las diferencias, que existieron siempre, se acrecentaron durante la campaña de 2019 y terminaron de romper la barrera de la intimidad con las victorias del Frente de Todos.
Lo cierto es que el rearmado se vuelve difícil para la alianza, integrada en su mayoría por la UCR y el PRO. Los dos máximos exponentes del sector durante 2019, Santiago Mac Goey y Leonardo Iturmendi, se quedaron afuera del Concejo Deliberante y sin cargos institucionales. Aunque ambos manifiestan que seguirán activos, naturalmente surgen actores que pretenden emerger como referencias de cara a 2021 y 2023.
Uno de ellos es el presidente de la bancada de Cambiemos, Carlos Álvarez. El jefe de la campaña de Mac Goey lleva el peso, para muchos, de la derrota en las elecciones y varios errores en la estrategia. Las críticas para el edil surgen desde sus socios en el frente, pero también puertas adentro en donde le cuestionan distintas actitudes.
Además, los primeros pasos en las negociaciones con el gobierno de Fassi no fueron fáciles y el saldo fue una serie de cuestionamientos por ser para algunos demasiado dialoguista y, para otros, un tanto confrontativo. Por una cosa u otra, la situación con el oficialismo desencadenó en la decisión de los representantes del Frente de Todos de plantear una reducción de los secretarios del bloque. Circunstancia que complica al macrismo, ya que, indudablemente no habrá lugar para todos.
El jefe de la bancada tiene habilidad en la "rosca" y durante la semana mantuvo varias reuniones para aplacar las críticas y ordenar la tropa. De ahí se desprende que el macrismo tomará un camino más crítico del oficialismo.
Otra dirigente que nunca pasó desapercibida puertas adentro y toma más relevancia es Natalia Blasco. En tiempos donde las mujeres ganan espacios, la legisladora no descarta ser una opción electoral en un futuro no muy lejano. También es cierto que se sumaron muchos detractores que cuestionan sus formas y procederes.
Pero, además al bloque llegaron Eduardo “Tita” Recalt y Martín Augusto. Recalt es un histórico dirigente y toma posturas indeclinables en algunos temas. Su par, Augusto, desde el minuto cero se tornó inorgánico y teje acuerdos y relaciones con la superestructura del PRO. El ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, es otra de sus terminales.
En el otro córner se coloca la Unión Cívica Radical, con Claudia Pereleteguy buscando encontrar su lugar en el HCD y su par partidario, Ignacio “Nacho” Duhalde (actual vicepresidente del cuerpo) verbalizando sus aspiraciones a la intendencia. No llegó en 2019 pero planifica un armado que lo ubique como candidato natural.
El Rizzismo, reducido a una mesa de viejos conocidos, intenta por todos los frentes separarse de la llegada de Juan Carlos Mariscotti al gobierno local. Mientras que Cristian “Polo Pérez Armari trabaja para volver al partido luego haber renunciado tras no ser elegido como precandidato.
Casos similares son los de Mac Goey e Iturmendi, que buscan desde afuera del recinto rearmarse y encontrar un lugar para mostrarse activos. Santiago sigue siendo el hombre de María Eugenia Vidal en Cañuelas y ata su suerte al futuro de la ex gobernadora. “Noni” tiene a su favor que la Comisión Directiva del partido le responde y volvió a la arena política con varias críticas al gobierno y con tiros por elevación para algunos correligionarios.