El macrismo tiene muy en claro cuál será el rol de su espació político en cada uno de los territorios para aportar, lo que creen ellos, la posibilidad de seguir en el poder a nivel nacional y provincial. Pero en esta oportunidad, a diferencia de 2015, la idea fija es ganar en territorios peronistas con candidatos propios y puros.

Y esos “puros” no son otros que dirigentes del PRO. Porque más allá del poder territorial y la historia partidaria, los armadores de Cambiemos evitan incluir nombres de la UCR para ir por los municipios gobernados por el peronismo. Y se lo hacen saber a cada dirigente local que tiene acercamiento con operadores y funcionarios nacionales y provinciales. “Nuestro candidato en Cañuelas será Santiago Mac Goey”, dicen sin dudar.

Mac Goey lo sabe y trabaja para que su candidatura decante. Al igual que Carlos Álvarez, que afianza su alianza con el ruralista, oficia de armador y es uno de los consejeros que mayor confianza le inspira al ex Quichua. Al dúo de concejales se le sumó la legisladora asumida en diciembre, Natalia Blasco. La llegada de la abogada terminó de conformar un trio que proyecta poder en el espacio y se limita a un dialogo institucional con sus pares de la UCR.

Algunos radicales no se resignan a la posibilidad de jugar una interna en el territorio porque creen que pueden volver a ganar como en 2015. Aunque tienen un fuerte escollo: la nula fuerza y presencia a nivel nacional y provincial para imponer condiciones.

Es más, dentro de la UCR e, incluso algunos aliados, dan por descartado que el partido centenario tendrá un rol preponderante, resignaron a la chance de jugar la interna por la intendencia y se limitan a empezar a puntear los lugares en las lista de concejales y consejeros escolares.

Pero también están los que no descartan nada y le adelantaron a este medio que en estos días habrá reuniones clave en el sector, porque la campaña en el macrismo arranca luego de que se levante la copa el domingo 12 de julio.