Las jefaturas de Anses en los distritos son botines muy codiciados en la política. Y con cada cambio de gobierno nacional, los distintos sectores que trabajaron en la campaña buscan quedarse con ese cargo tan importante para el futuro posicionamiento politico de los sectores o dirigentes.
Obviamente Cañuelas no es la excepción. Y el 12 de julio, con la asunción de Soledad Poso, esa puja terminó con la victoria del armador de La Libertad Avanza en la provincia, el cañuelense Martín Augusto, que logró poner a alguien de su confianza en el primer piso del edificio de Rivadavia y Del Carmen.
Pero para ese lugar también hizo su apuesta Lorena Aguirre, referente del diputado nacional Cristian Ritondo (PRO), que trabaja en Anses desde hace más de dos decadas y que, mediante contactos en el organismo y por fuera del territorio tiró sus líneas para llegar a ese cargo.
Pero tras la "derrota" politica local, Aguirre logró incorporarse a la sede Regional, de la cual depende la oficina local de Anses, como la segunda en el rango detras de otra cañuelense, Claudia Palmieri, quien también llegó al cargo en condición de outsider por vínculos con otros dirigentes libertarios.
"Dulce de Leche", asi la apodan a Palmieri por su pasado como reina de la Expo en nuestra ciudad en 2013, también le dedica su tiempo a mirar con detenimiento los movimientos de la oficina de nuestro distrito.
Más allá de algunas cuestiones burocraticas para empantanar la gestión, la primera avanzada fue cuando desde la regional intentaron despojar a Cañuelas del móvil con el que cuentan en la UDAI. Es más, hasta la titular del ANSES de Lobos se contacto con sus pares de Cañuelas para iniciar el tramite de entrega. La Partner ya tenia destino: Lobos.
Paralelamente les hicieron saber sobre otra decisión, sin dudas de mayor impacto. El combo incluía, también, la decisión de cerrar la oficina que se encuentra en Vicente Casares. En LLA entienden que son dos movimientos politicos que lastimarían al sector.
Por un lado, la quita de la camioneta dañaría la gestión de Poso por demostrarla incapaz de negociar para conservar el utilitario. Y por el otro, el hipotético cierre del centro de atención de Casares caería como un baldazo de agua fría en la sociedad.
Por ahora Pozo aguanta, a telefono abierto y en contacto permamente con el ala política del "mileismo", explicando lo dañino que sería en el armado local la emboscada de la cúpula regional.
Ocurre que mientras se visibiliza la interna libertaria, la flamante funcionaria del barrio La Unión acumula aliados inesperados en el organismo. Es de público conocimiento que en el lugar trabajan militantes y funcionarios ligados a Unión por la Patria. Algunos de ellos se mostraron llamativamente muy abiertos a brindarle la experiencia y el conocimiento acumulado en ANSES a la nueva funcionaria.
¿Por qué esa amabilidad? Según dejan trascender, el temor a posibles traslados hicieron que se pongan a entera disposición de la nueva jefa local.