Minutos antes de las 8 de la mañana, dos delincuentes lograron filtrarse al domicilio de la familia Menta, ubicada en Acuña N°140, entre Juárez y 12 de Octubre.

Comenzando el día, el contador sacó su camioneta Citroen DS7 para dirigirse a su estudio. Después de dejarla estacionada contra el cordón de la vereda de enfrente, reingresó a la vivienda para retirar del garage el Fiat de su esposa, quien iba a dirigirse al gimnasio.

Cuando cruza el portón y se sube al segundo coche, su mujer, que suele quedarse en la vereda con los ojos bien abiertos para identificar potenciales riesgos, advierte la caminata sospechosa de dos sujetos que provenían de la esquina de 12 de Octubre y comenzó a gritar desesperadamente “cerrá el portón, cerrá el portón”.

Uno de los delincuentes aceleró el paso y logró filtrarse al interior de la propiedad. Ya en el patio delantero, el caco comenzó a decirle a Menta “dame, dame”, pero sin especificar qué, si las llaves de la camioneta que estaba fuera o dinero.

En esos segundos de tensión el ladrón le da con el caño del revolver en el parietal derecho al contador, que en la disputa terminó chocando con la parte trasera del Fiat al portón, haciéndolo descarrilar de la guía. Esta colisión hizo que Menta y el delincuente queden encerrados en el interior de la casa.

El estrecho hueco por donde escapó el delincuente.

La esposa, en la vereda, entró en pánico y siguió pidiendo auxilio a los alaridos. Esto hizo que los vecinos comiencen a salir de sus casas y que el caco decida abortar el robo, escapando por una luz de diez centímetros que había quedado entre el portón y el pilar.

De acuerdo al testimonio de la víctima, los ladrones subieron a un auto blanco que los esperaba en la esquina y escaparon por 12 de Octubre, sentido a Ruta 205. "Pareció al voleo. Eran jóvenes y tenian los rostros descubiertos. El que se acercó al auto me dió con el caño del revolver en la cabeza, pero estoy bien", reconoció Menta charlando con NacPop en la puerta de su vivienda. 

El contador tenía un corte superficial y sangre en su cabellera. El dato llamativo es que no pudo salir por la misma endija que escapó el caco y debió quedarse dentro de su hogar hasta que llegue el herrero para descalzar el portón automático que quedó descarrilado y atascado contra uno de los pilares. 

Otro situación que llamó la atención de los efectivos que arribaron una vez consumado el hecho, fue la presencia de un Toyota Corolla estacionado veinte metros más adelante, sobre Acuña. El interior del vehículo estaba repleto de bolsones de pan, tenía el capot abierto y el conductor parecía estar revisando la mecánica. La policía identificó al hombre, que dijo ser panadero y que estaba en medio del reparto matinal.

Más de cinco patrulleros de la comisaría 1° de Cañuelas y la Guardia Urbana llegaron rápidamente al lugar, realizaron un rastrillaje por las posibles vías de escape pero no lograron dar con los malvivientes.