El sábado a las 2:12 de la madrugada un motociclista llamó a la puerta de la familia Jaime para avisar que su auto estaba incendiándose en la vereda de su domicilio ubicado en Juárez al 1000. Mauro y Nicole saltaron de la cama y salieron a la calle para sofocar, cuanto antes, las llamas que se habían generado en la parte inferior de su Chevrolet Celta rojo.

Mauro sacó el matafuego del interior del coche y apagó el incendio que alcanzó a destruir uno de los neumáticos. En medio del shock, la pareja damnificada encontró una botella de alcohol debajo del Celta y en medio de la madrugada conjeturaban que el fuego se había iniciado como un hecho vandálico aislado.

La hipótesis mutó al otro día. El sábado a la mañana, al recopilar las cintas de la cuadra y del centro de operaciones municipal, los dueños del auto incendiado reconocieron a la pareja implicada en el atentado, identificándolos como Pablo A. y Evelyn G., dos viejos conocidos.

Observando las cámaras del COM se divisa a los agresores esperando un rato en la esquina. A las 2:09 ella se queda debajo de un árbol mientras el prestamista se acerca y prende el recipiente cerca de la rueda delantera izquierda. Después, ambos salen corriendo por Florida.

De acuerdo a la declaración de la parte damnificada Pablo y Evelyn tenían, hace un tiempo, un lazo de amistad con los denunciantes. “Los dos eran amigos míos. El mucho más que ella. Yo trabajaba con él, éramos muy cercanos. Pablo es prestamista. Yo decidí terminar con la relación porque él se estaba manejando mal con el tema de sus negocios. Él recibía inversiones, trabajaba la plata con los préstamos y después, creo que cada dos meses, le daba un porcentaje a los inversores en forma de comisión. Empezó a manejarse mal, a malgastar la plata y a deberle a mucha gente”, contó Nicole en contacto con NacPop.

“Es una pareja conocida que le quedó debiendo mucha plata a gente de Cañuelas. Y como saben que yo era conocida de ellos me mandan mensajes todo el tiempo preguntándome por ellos”, relató Nicole. Los inversores estaban desesperados porque de la noche a la mañana, el prestamista había desaparecido. Estaba ilocalizable y el rumor que trascendía era que se habían escapado de Cañuelas.

Por eso, ante el mar de preguntas que llegaban a su teléfono casi diariamente, Nicole decidió brindarle datos de cómo encontrar a la pareja. “El tema es que el estar siempre juntos me veían con él. Después que yo me alejo el desaparece y no le contesta más a los que habían confiado entregándole dinero. Entonces empiezan a mandarme mensajes a mí, diciéndome que les debía mucha plata: cifras de 600.000, 800.000 o 1.000.000 de pesos. Me puse en el lugar de las personas que se rompen el lomo laburando para tener algo y que quisieron invertir su plata y le pasé a uno de ellos el contacto de la novia –de Pablo- y la nueva dirección de donde estaban viviendo en el barrio Libertad, a una cuadra de la colectora de la Ruta 205”.

Esta acción de Nicole habría despertado la bronca de Pablo, quien en forma de venganza por haber suministrado información de dónde se podía localizarlo personalmente, reaccionó provocando ese incendio premeditado contra su auto.

“Yo era empleada de su comercio y amiga, nada más. Nunca maneje plata. Me canse que me manden mensajes todo el tiempo y el viernes a la noche le di. Hablé con la hermana de ella, una peluquera muy conocida de Cañuelas. Ella me dijo que pasó todos los límites y que iban a hablar con sus padres para ver que hacer”, agregó Nicole.

“Por suerte el auto está asegurado contra todo riesgo. Lo que preocupa es que vuelvan a hacer alguna maldad. Si no fuese por el chico que pasó y nos avisó, el auto se prendía fuego y explotaba muy cerca de la pieza donde estaban mis tres hijas durmiendo”, subrayó la víctima.

La denuncia fue radicada en la Comisaría N°1 de Cañuelas el mismo sábado, y será ampliada en las próximas horas para anexar los datos y las filmaciones que detectaron el accionar de los atacantes.