Otra vez, como sucedió el pasado domingo en la Plaza 22 de Enero, un ratero empuñando un arma blanca consumó un asalto en la vía pública. En esta oportunidad fue en una vereda de la calle San Juan, a metros de Lope de Vega, en el barrio La Verónica.
Mateo Alesio Corbalán, de 18 años recién cumplidos, fue interceptado por dos rateritos jóvenes cuando volvía a su casa después de cenar con unos amigos. Apretándolo con una cuchilla filosa, le sacaron la campera y una riñonera con el DNI y 500 pesos.
“La verdad me duele en el alma, pero gracias a Dios no le pasó nada”, debió conformarse Andrea, mamá de la víctima.
Pero el dato que duele y entristece a Mateo es que la campera que le quitó el malviviente era más que un simple abrigo. Era un recuerdo que conservaba de su papá Osvaldo, de 62 años, fallecido hace 9 meses a causa de un paro cardíaco, afección generada por su cuadro diabético.
“Que triste realidad por Dios, pero lo tengo acá”, soltó su madre, aliviada porque la víctima del asalto regresó a casa sano y salvo. "Mateo es un muy buen hijo. Trabaja y me ayuda mucho a mi y a su hermanita", añadió .
La campera es de color beige clara "de tela de avión por fuera y polar por dentro. Y tiene capucha", describió Andrea ante la consulta de NacPop.