"La verdad que no puedo perder el tiempo en ir a denunciar, tengo que trabajar... Aparte todos sabemos donde están las cosas", fue una de las respuestas de un frentista que se contactó con NacPop para visibilizar la problemática que hace poco más de un mes se desató en el barrio La Unión y Las Cañas (entre la calle Santa Cruz y el arroyo).
La realidad es que entre el sábado y domingo este medio confirmó al menos tres episodios en la zona. Uno de los primeros que trascendió fue lo ocurrido en el domicilio del concejal Santiago Mac Goey. El sábado ingresaron a su vivienda de la calle Tucuman y se llevaron artefactos electrónicos, dinero y una guitarra.
El legislador de Juntos salió a trabajar en las primeras horas de la mañana acompañado por su familia y cuando regresaron, sobre las 13.30 horas, se encontraron con que los malvivientes habían forzado la puerta de la vivienda.
Desde su entorno creen que no permanecieron mucho tiempo en el domicilio, porque independientemente de lo robado quedaron a mano de los cacos varios objetos de valor que permanecian intactos al momento que la familia se percató de lo ocurrido.
Durante la tarde del domingo, de un vehículo que se encontraba estacionado sobre Monseñor Schell al 500 se llevaron varias pertenencias. "Un muchacho estaba en la casa de un familiar y le abrieron la camioneta (tipo furgon) para llevarle un generador que tenía en la parte de atrás", informaron en contacto con NacPop y agregaron que "a ese equipo se lo tienen que llevar tirando con algo o sino tiene que estar ahí nomas, es pesado para trasladar...".
"La gente tiene miedo en denunciar porque piensa que puede haber complicidad, porque si nosotros sabemos quién sale de estar preso, quien vende (drogas), las cosas que pasan en el barrio... ¿ellos no? (por las fuerzas de seguridad)", agregó a modo de interrogante en otro pasaje de la charla.
También durante el fin de semana, en un taller ubicado en Santa Cruz casi Mosconi, intentaron ingresar al lugar. Aunque no lograron su cometido, se llevaron todo lo que tuvieron a mano del patio. Tal es así que como "hobby" el dueño tenía unas gallinas. Ya no forman parte del paisaje.
Una situación menos compleja pero que también hay que seguir con atención, de acuerdo a lo que indicaron los vecinos que frecuentan la zona, es que situaciones de similares características están empezando a darse en el barrio 1° de Mayo.
"Hasta hace un tiempo estábamos más o menos tranquilos pero ahora no sabemos qué pasó...", remarcó el vecino que prefirió mantener su identidad en reserva.
"Estamos viendo si nos juntamos con algunos (vecinos) para pedir que se tomen cartas en el asunto porque la verdad es que todo esto nos preocupa. Las cosas andan por acá, parece que nadie quiere hacerse cargo de la gente que está en el barrio. Las motitos van y vienen toda la noche, se escuchan tiros...", cerró con preocupación y, lamentablemente, naturalizando la situación.