El lunes 25 de octubre la titular de un Renault Sandero blanco recibió una llamada que anunciaba que su vehículo había sido hallado en la calle Azcuénaga, con las roturas propias de un accidente.

El origen del hecho se remonta a 2019 cuando “N” denunció, en medio de una relación tóxica, que se había separado de su pareja, Elias M., y que él se había llevado el auto, propiedad de la chica.

La damnificada realizó una denuncia por hurto el 19 de diciembre de ese año, detallando que su ex la había amenazado indicándole que “si tengo problemas, compro un bidón de nafta y te prendo fuego el auto en la puerta de tu casa”.

En contacto con NacPop, “R” –inicial que no corresponde a su nombre y que usaremos en este artículo para resguardar su identidad- indicó que radicó la denuncia en 2019 y que el pedido de captura del auto fue recién este año. El domingo pasado a la noche hubo un choque en la calle Azcuénaga, de mi auto hacia un Twingo, los vecinos dijeron que esta persona se bajó de mi auto, quiso empujarlo y como no pudo arrancar cerró la puerta y se fue caminando. Al otro día me avisan que habían encontraron mi vehículo y que lleve todos los papeles para que vaya a retirarlo”, expresó “R”.

La dueña del Sandero es una joven cañuelense de 28 años, que cuenta que desde hace tiempo sufre violencia de género por parte de su ex pareja, con quien tiene un hijo en común de 3 años. “Yo estuve en pareja con él dos años. Tuvimos un hijo en el 2018, y yo había empezado a trabajar y a estudiar. El empezó a no ser estable, no quería ayudarme con el bebé, comenzó a drogarse y así decidí sepárame”, cuenta.

“Cuando nos separamos, en 2019, inventó la excusa de que me venía a devolver un mueble. Entró a la casa y rompió la tele. Yo al ver que estaba violento quise llamar al 911 y me arrancó el celular de la mano. También se quiso llevar mi bici cargándola a una camioneta en la que había venido. Yo empecé a gritar, salieron los vecinos, la policía no hizo nada, y hasta el día de hoy no tengo mi celular. Presenté el comprobante de pago como prueba de que era mi celular, pero no sirvió”.

Después de ese primer episodio, la justicia dispuso una perimetral por un lapso de tres meses y le otorgó un botón antipánico. “Al día siguiente de vencer la restricción, esta persona se acercó drogado a la puerta del jardín de mi hijo, me quiso robar mi bici con mi nene arriba. Tuvieron que salir la directora y las maestras. Yo apreté el botón antipático, llegó la policía, nos llevaron a la Comisaria de la Mujer y nuevamente me extendieron la perimetral, pero tengo miedo. Él se maneja de forma amenazante todo el tiempo”, relató la víctima en una entrevista con NacPop TV.

Por estas horas, “R” recuperó el Sandero, que deberá arreglar porque por el impacto con el Twingo, quedo inutilizable. Además de enfocarse en reparar los daños materiales, espera poder encarrilar una cotidianeidad sin conflictos y lejos de un contexto violento para ella y el menor.