En la madrugada del viernes, minutos después de la 1 de la mañana la familia de Danilo González se despertó por los ladridos de su mascota. “Al minuto escucho una moto arrancar y a mi perro, que es muy guardián como intentando perseguirlo. Mi esposa se levantó de la cama y yo empecé a escuchar como un crujido. En ese momento mi mujer me llama porque algo se estaba prendiendo fuego”.
Cuando el dueño de la casa ubicada en Vélez Sarsfield y 12 de Octubre se asoma se da cuenta que lo que ardía era su Renault 12 verde, modelo 1983, que estaba estacionado sobre la vereda. “Estaba en excelentes condiciones. Cuando lo veo estaba súper prendido fuego”.
El foco ígneo intencional comenzó por detrás, en la zona del tanque de nafta y se propagó rápidamente hacia el interior del coche. “Enseguida se prendió fuego. La policía llegó cuando estábamos llamando al 911 y los bomberos aparecieron a los 2 o 3 minutos pero el auto ya estaba prácticamente destruido. Lo único que se salva es parte de la trompa y el motor”, describió Danilo.
Los oficiales que llegaron rápidamente le confesaron a la familia que ya estaban patrullando el barrio porque tenían la información de que una moto estaba circulando por la zona, en un horario prohibido por las restricciones de circulación.
Con desazón y amargura, el viernes por la mañana Danilo concurrió a su trabajo de cocinero y al regresar pudo comprobar mediante la filmación de una cámara de seguridad de un comercio de la cuadra que el atacante era uno solo. “Llegó en moto, se baja, saca algo, lo pone abajo del auto, hace un fogonazo y sale en contramano por 12 de Octubre”.
Hasta el momento se desconocen los motivos del hecho, Danilo asegura que no entiende este “acto casi terrorista. Lo hizo alguien que está preparado para prender fuego un auto. Tenes que salir con la predeterminación de incendiarlo. Así haya sido al azar o mandado. Me arruinaron. El auto lo uso para trabajar, para manejarme con mi familia y mi nena de dos años. Eso no se hace”, relató Danilo con bronca e impotencia.