Después de cinco días de desconocer su paradero, un hombre de 60 años identificado como Benito Flores Quispe fue encontrado muerto y semienterrado en el predio de la fábrica de ladrillos donde trabajaba, en Máximo Paz.
De acuerdo a las primeras conclusiones del caso, Quispe fue hallado por un compañero de trabajo, quien quiso despejar la incertidumbre de que era lo que generaba un espeso olor nauseabundo en la zona. Al acercarse percibió un enjambre de moscas y dos zapatillas que salían de un montículo de tierra, las que correspondían al cadáver mal enterrado de Flores Quispe.
Por el homicidio fue detenido Pedro Reyes Ventura (38 años), otro empleado de la fábrica de ladrillos ubicada en calle Suiza y Perito Moreno con quién, según las averiguaciones policiales, tenía una mala relación.
Las hipótesis principales son que el sábado 28 de noviembre Flores Quispe y Reyes se pelearon dentro de la empresa. Por un lado se cree que la víctima podría haber muerto desnucado después de haber caído de espaldas durante el forcejeo, pero también es analizada la teoría de que podría haber muerto por un fuerte golpe en la cabeza propinado por Reyes. Al verlo sin vida, el acusado arrastró el cuerpo unos cien metros y lo intentó ocultar, pero lo enterró de manera incompleta.
El cuerpo de Flores Quispe que estaba en estado de descomposición no presentaba, a simple vista, lesiones compatibles con heridas de arma de fuego.
Ese mismo día Reyes le pidió un anticipo al encargado de la fábrica de ladrillos y no regresó nunca más. Este jueves la policía de Cañuelas realizó un allanamiento en una casa en la calle Caseros al 2000 de Máximo Paz, aprehendiendo a Reyes, el principal sospechoso.