El martes, Héctor Sierra se atrincheró en las oficinas de la Escribanía Lamarca para reclamar la escritura de un campo. Durante una hora y media amenazó a Julieta Mathieu con un arma blanca sujetada en su cuello.
Julieta reconoció en NacPop que pensó que iba a ser su último día y que el captor la iba a matar esa mañana. “Le supliqué que se fije que iba a ser porque tengo 3 hijos”.

La primera noche no pudo dormir y recurrentemente vuelve a revivir los flashes del estresante episodio que la atormentan.

Desde la familia lamentan la situación y aseguran que Sierra no tiene motivos para reclamar, ya que firmó un boleto de compraventa en el año 1997, se arrepintió de la venta y el comprador, el empresario Jorge Porro le hizo juicio. Sierra solía concurrir a reclamar la escritura que, por haberse judicializado, estaba alojada en un juzgado y no en las oficinas de Libertad 749.

"Necesito agradecer a todas estas personas por su valentía, empatía, prudencia e inteligencia en la resolución del hecho en que me vi involucrada, principalmente al secretario de la Fiscalia N°2, Pablo Ober”, reconoció Julieta, que hizo un listado con los negociadores, oficiales y funcionarios que estuvieron a cargo de la mediación y disuadieron la actitud violenta de Sierra, sin lamentar heridos ni un desenlace lamentable.

Julieta agradeció el desempeño del comisario Inspector Marcelo Silveyra (jefe de la Policía Comunal), del comisario Juan Cardaza (jefe del GAD), del comisario Damián Leiva (jefe de la Comisaría 1ra.), del subcomisario Rodolfo Pelozo (jefe de Operaciones), de Rodolfo Ojeda (secretario de Seguridad municipal), de la capitán Andrea Ruiz, del sargento Cristina Ríos (Comisaría 1° de Cañuelas), de la oficial subayudante Roxana Masa (Comando de Patrullas de Cañuelas), y del oficial Inspector Nicolás Argañaraz (Jefe de Calle).

El uruguayo Héctor Sierra no declaró ante la Fiscal Norma Pippo y seguirá detenido, imputado por el delito de privación ilegal de la libertad agravada por el uso de arma.