El pasado lunes, un conductor, del que no trascendieron sus datos personales, fue demorado por un control realizado por personal de Tránsito municipal en el acceso de calle Del Carmen y Ruta N°3.
Al solicitarle la documentación notaron que emanaba de la boca un fuerte olor a alcohol y que lo que manifestaba era ininteligible. Por eso, procedieron a realizarle el control con el alcoholímetro conocido como “pipeta”.
Después del soplido, la pantalla arrojó como resultado que el adulto al volante tenía 2.27 gramos de alcohol en sangre. De hecho, en la gaveta de la puerta tenía dos latas de cervezas vacías, que exponen que incluso habría bebido mientras manejaba.