Una banda de cuatreros entró al campo “El Martillo” de El Taladro con el objetivo de hurtar ganado. Rompieron el candado de la tranquera y lograron acceder a la propiedad alquilada por la familia Rolleri desde hace dos décadas.
Los Rolleri, vecinos de Uribelarrea, se dedican a la recría de ganado en esa finca ubicada en el Km. 78 de la Ruta 205. El miércoles recibieron el llamado de un vecino que los anotició que había movimientos extraños dentro de su propiedad y que se escuchaban detonaciones de armas de fuego.
Según las apreciaciones de los que percibieron la maniobra delictiva la camioneta era una Mercedes Benz Sprinter como las que se utilizan para el traslado de pasajeros, de color blanca con detalles azules y amarillos.
Los ladrones circulaban con la combi por alrededor del corral efectuando disparos contra los animales, pero se retiraron sin poder robar ninguno. Al llegar al campo, Román y Manuel Rolleri, observaron que habían roto el candado, que estaba forzada la traquera y que efectivamente habían disparado contra el ganado, provocando además daños materiales en las instalaciones. "Los vecinos los vieron, pero como eran las cuatro de la tarde pensaron que tenían nuestra autorización para cazar. Lo más loco es que entraron a pleno luz del día", contaron desde la familia damnificada.
Como estaba oscureciendo decidieron realizar un conteo de las crías al día siguiente. El jueves, con los primeros rayos de sol recorrieron el campo y confirmaron que no había faltante de animales, pero si un ternerito de tres meses que presentaba una fractura en la pata trasera derecha, donde presentaba al menos tres disparos de armas de fuego.
Este no sería el único caso adjudicado a esta banda, ya que otros vecinos señalaron que un vehículo de las mismas características fue expulsado días antes de otro campo del kilómetro 70 de la Ruta 205. Fueron interceptados por los dueños dentro de la propiedad y refirieron, con una excusa poco convincente, que estaban buscando un terreno para alquilar.
La inquilina de la finca y madre de Roman y Manuel, Cristina Brossard, radicó la denuncia en el destacamento del Comando de Patrulla Rural.