El martes por la tarde, dos dotaciones de Bomberos Voluntarios de Alejandro Petión y una tercera de apoyo del cuartel central de Cañuelas debieron actuar para controlar las llamaradas desatadas por una desatención de un grupo de personas que trabajaba en el interior de la fábrica.
Pasadas las 16, obreros que procedían a desmontar el sistema central de refrigeración de la antigua construcción -ubicada detrás de la estación ferroviaria de Alejandro Petión- desataron involuntariamente el incendio.
Aparentemente el chispazo de un equipo autógeno alcanzó un panel de lana de vidrio que actuaba como aislante de la cámara. Al ser altamente inflamable, el foco ígneo se propagó en cuestión de segundos y se extendió a placas de polietileno expandido que estaban a centímetros.
El entorpecimiento de grandes vigas, hierros y escombros, más la toxicidad del telgopor ardiendo dificultaron la tarea de los bomberos que se extendió durante dos horas.