De acuerdo a las primeras investigaciones, la banda ingresó aproximadamente a las 20 horas al country a bordo de un Chevrolet Cruze de color blanco.

Los ladrones habrían cruzado el portón de entrada con una tarjeta clonada de una de las víctimas, por ende la vigilancia no accedió a revisar el automóvil como estila el protocolo con los visitantes.

El relevamiento de las cámaras del country detectó que el Cruze permaneció durante casi dos horas recorriendo las calles internas en busca de casas fáciles de acceder. En ese lapso, los malvivientes entraron en tres viviendas. La primera, la de un matrimonio de adultos que salió a cenar y estuvo fuera de su hogar de 20 a 00 horas.

Pese a que había un coche estacionado en el acceso a la casa, los ladrones ingresaron con absoluta calma por una puerta ventana lateral que estaba sin el pistillo de seguridad accionado.

De dicha unidad funcional, perteneciente a un ingeniero de 70 años, los cacos se llevaron un revolver calibre 38, zapatillas, bijouterie de plata y oro, alhajas de fantasía, carteras, relojes y envases de perfumes, algunos hasta vacios.

El dueño realizó la denuncia dos días después y se rehusó a que ingrese la Policía Científica a realizar las pericias, un procedimiento que igual difícilmente hubiera aportado pruebas a la investigación, sabiendo que la escena no fue preservada y ya habían pasado dos noches del robo.

Después irrumpieron en dos propiedades más. En estos casos los dueños, uno en el exterior y otro en Capital Federal, decidieron no radicar la denuncia. En dichos inmuebles los cacos también optaron por llevarse bijouterie y elementos pequeños para no levantar sospechas, como podría suceder si los vecinos o la guardia los detectan cargando televisores o electrodomésticos a un coche desconocido.

Según una fuente perteneciente al country, los ladrones se filtraron a los domicilios por aberturas de la planta baja que no tenían la traba de seguridad colocada, una costumbre que suele darse en los barrios cerrados.

Uno de los residentes ironizó sobre la fortuna que tuvo la banda para ingresar a tres casas que en ese momento estaban sin sus moradores en el interior, dando a entender que desconfían de un informante o un entregador.

En las últimas horas le confiaron a NacPop que por este triple caso de hurto iniciado aparentemente por una tarjeta clonada -una problemática que se repite en barrios cerrados del país- las autoridades del club de campo analizan instalar un sistema de acceso con reconocimiento facial.