A las 8:30 de este viernes, el doctor Carlos Alberto Garavaglia se retiró de su domicilio ubicado en la calle Juárez al 500. Cinco minutos después llegó Máxima, su empleada doméstica, para comenzar con las tareas de limpieza y se encontró en el interior de la vivienda con un sujeto armado.
El delincuente, a cara descubierta, la redujo y la encerró en una habitación junto con la colaboración de un segundo caco, también armado.
En un lapso de tiempo de 20 minutos los malvivientes revisaron todos los rincones de la casa y escaparon con una caja fuerte de color beage que contenía dinero en efectivo en su interior, un collar de perla, una cadenita de oro, aros, una escopeta doble caño (calibre 12, marca Beretta) con la culata tallada con un caballo y una carabina calibre 22.
Los ladrones no debieron forzar ninguna puerta ni ventana, debido a que en los días que acudía Máxima el dueño de casa solía dejarle el portón de calle abierto y la llave de la puerta principal escondida en el acceso a la propiedad. Los cacos la encontraron y entraron sin problemas.
De acuerdo a la investigación policial, los malandras se dieron a la fuga en una línea moderna del utilitario Renault Kangoo.