El aislamiento también repercute en la actividad sexual de la sociedad y, por ende, en la venta de preservativos. Kioskeros de nuestra ciudad coincidieron en que se desplomó la venta del producto.
En uno de los comercios céntricos consultados confirmaron que disminuyó la comercialización un 15%, un cinco porciento por debajo de la media nacional de una de las marcas más conocidas (20%).
Otro de los polirubros de la calle principal aseguró que aún la caída fue mayor: “cayó un 50%”, pero los ingresos se compensan con la suba de la venta de chocolates, que comienzo su época de mayor consumo y se “vende muchísimo”.
Los empresarios del sector atribuyen la baja en las ventas a la imposibilidad de concretar relaciones casuales o de parejas establecidas que no conviven bajo el mismo techo.
Otros dos factores considerados son las complicaciones económicas generadas por el aislamiento y desde el aspecto psicológica la posible disminución del deseo sexual en las parejas, producto de la reclusión en casa.