Juan Pedro Corvalán y Fernando Ezequiel Quinteros siguen detenidos en Cañuelas, acusados de ser los coautores del homicidio de Mirta Barcia, la vecina de 63 años que fue asesinada para robarle el teléfono celular mientras el pasado martes 8, a las 21 horas, salía de la casa de su hermana ubicada en la calle Vicente Casares al 100.
Corvalán y Quinteros siguen presos en la Comisaría 1° de Cañuelas y en el Destacamento de Los Pozos, respectivamente, imputados por "homicidio en criminis causa en concurso real con robo calificado por el uso de arma de fuego", normado por los incisos 7 y 166 del Artículo 80 del Código Penal, delito que en caso de comprobarse prevé un castigo de reclusión perpetua por matar "para preparar, facilitar, consumar u ocultar otro delito o para asegurar sus resultados o procurar la impunidad para sí o para otro o por no haber logrado el fin propuesto al intentar otro delito". Pero si la caratula del crimen se modifica y es concebida con la figura de "homicidio por ocasión de robo", Corvalán y Quinteros podrían recibir una pena de prisión de entre diez y veinticinco años.
Alan Arrieta, el tercero de los detenidos en un allamiento que encontró en su casa el teléfono de la víctima, seguirá en calidad de detenido en la dependencia de Avenida Libertad por el delito de encubrimiento agravado. Desde el entorno de Alan señalaron que conoce a Corvalán y a Quinteros, a quienes le compró el teléfono para uso personal desconociendo que el aparato estaba siendo buscado en una causa por asesinato.
Además, en las últimas horas, con el informe de la autopsía practicada en el cuerpo de Mirta Barcia, los médicos forenses aseveraron que la víctima murió a causa de tres heridas penetrantes en el tórax, que concuerdan con las caracteristicas de cortes que se hacen con un elemento con punta y no con un cuchillo.
Estas precisiones aportadas por el exámen post mortem descartan de plano la hipotesis que trascendió desde el primer momento y que hasta el pasado viernes, el día de la detención de los dos presuntos autores y un tercer implicado, era la línea de investigación de la Fiscalía N°1, a cargo de Lisandro Damonte. De hecho, los testigos del robo declararon haber escuchado detonaciones de disparos de arma de fuego, pero en el caso de haber existido los proyectiles no impactaron en el cuerpo de la víctima.